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Como agua en un río, fluye tan veloz que no sabes cuál es el principio. Los rumores sobre el posible compromiso de Draccerya estaba en todas partes...
Ya había llegado a la edad para que pidieran su mano, y como había vuelto a Desembarco del rey, todos estaban a la espera de que el rey revelará quien sería en afortunado hombre que se casaría con Draccerya Targaryen, la que no arde.
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Draccerya permanecía al lado de su padre esperando a Aemond, el tenia que pedirle la mano a su padre.
—Creo que esta noticia te agradará padre...
—No soy un gran adorador a las sorpresas, Draccerya—le dice Viserys sosteniendo su mano.
Aemond llega en ese momento entrando despreocupado a la albo a de su padre. Viserys no era tonto, al ver a los dos juntos queriendo hablar con él supo lo que pasaba. Cerro los ojos resignado a escuchar la pregunta.
—Hablen—ordenó el rey. Aemond se arrodilló en una sola rodilla para esta a la altura de su padre.
—Mi rey, quiero pedir la mano de la princesa Draccerya—le dice sin ningún tipo de duda. Viserys deja de ver a Aemond y ve a Draccerya.
Los analizó a ambos, a Aemond y a Draccerya.
—¿Es lo que quieres, Draccerya?—le pregunta Viserys a su hija y está da un parpadeo rápido. No se esperaba que le preguntara eso.
Aemond no volteo verla en absoluto, solo esperaba escuchar su respuesta... Tenía miedo, eso era seguro... Pero no miedo a estar con Aemond, miedo de lo que implicaba ser esposa de alguien, independientemente de con quien. Traga saliva y repone su postura diciendo que si.
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La que no arde se casaría y la ola llegó hasta Rocadragon donde se encontraban Rhaenya y Daemon.
Rhaenyra sostenía el mensaje que había llegado del cuervo, preocupada ve a Daemon entrar al salón donde ella estaba.
—¿Ya sabes?—le pregunta Rhaenyra a Daemon.
—¿Saber que?
—Alicent esta casando a mi hermana con su hijo—le dice dándole el papel.
Daemon toma el mensaje y lo lee detenidamente, los estaban invitando a la boda de Aemond y de Draccerya que se celebraría en tres días.
