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¿Qué se hace en nueve meses? Ni siquiera se dieron cuenta de ello. Las casas cada vez se alejaban más, se necesito más de un par de semanas para formar la unión con el rey. Las calles de Desembarco del rey eran un desastre... La ayuda no llegaba, seguían volando los cuervos sin descanso en el cielo.
Aerys veía todos los días a su madre quejarse en la cama, no podía moverse como le era costumbre. Aerys era el único testigo de su madre cuando se levantaba de su cama a escondidas del maestre para tratar de caminar. Aemond, su padre iba todos los días y en ocasiones la ayudaba... Este día era distinto, su padre tenía que irse a Flecha de Fuego, tenía que extraer algo de oro para el rey.
Escucho a Draccerya pidiéndole que no los dejara solos en ese lugar. Aerys no entendía eso... Era su casa, ¿porque estarían en peligro ahí?
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Acostumbraba a pasar mucho tiempo con su tía Helaena, le gustaba escuchar su voz susurrante. Lo hacía dormir. Jaehaerys era amable con él, pero tenía una relación más estrecha con Jaehaera. Sonreía a veces y les gustaba ver los dibujos de los libros.
Esa noche no pudo ir a la alcoba de su madre a dormir, los niños dormieron en el suelo mientras Helaena trataba de llevarlos a todos a dormir. Aerys se despertó antes de que su tía lo pudiese cargar.
—Yo me lo llevaré, mi princesa—dijo la niñera de Aerys. Esta asintió y dejó a la niñera con él.
La niñera cargaba a Aerys en sus brazos, la mirada del pequeño príncipe estaba hacia atrás. Apretó los ojos cuando vio una figura detrás de ella, lo asustó.
—Hadda—llama a su niñera. —Hay alguien allí—dice apuntando hacia atrás.
—¿Dónde?—dice la niñera girando. Ahí mismo le arrebatan al niño y está aunque trato de impedirlo el hombre la apuñaló en las costillas.
Aerys sin embargo no dejó que ese señor lo sostuviera mucho, pataleo y se esforzó en que lo dejara. El cuchillo estaba cerca de su cara, pero no tuvo miedo, recordó lo que si madre le enseñó.
Tus pies son tus amigos, usalos. No importa si te toman las manos, usa los pies
Aerys lo hizo y el hombre no pudo retenerlo. Pero en cuanto Aerys se escurrió, la punta de cuchillo le sacó la mitad de su cara haciéndolo gritar. El hombre lo dejó ir cuando sintió la sangre en sus manos.El príncipe había tenía una extraña tolerancia al dolor. Su madre se dio cuenta de ello después de que se descubría su inmunidad al fuego. Aerys no sólo resistía el calor del fuego, tampoco sentía dolor punzante. Era peligroso, pero sabía curarse.
Con una mano cubriendo su ojo corrió, sabía a dónde ir.
El fuego es tu escudo. Si algo pasa ve a la cocina, ordene nunca mover una hoya de cobre del fuego.
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HUNTING A BEAST ¦ Aemond Targaryen
Fanfiction-No soporto esta carga en mi espalda. ©11/10/22 - 25/10/22 Ranking #1 - targaryen. 22/10/2022