Capítulo 16

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- ¿Se nota que soy yo?

- Esos ojos te delatan - dije y comencé a buscar en mi bolso y le saqué mis gafas.

- Muy buena esa.

- A ver - dije y se lo di, y él  se las ponía, me quedé fija mirándole a sus ojos y él me miraba sin decir nada.

- ¿Y ahora? - dijo en un tomo muy suave mientras me miraba.

- Ahora, nadie puede ver esos increíbles ojos.

- ¿Te parecen bonitos? - preguntó mientras que salíamos del parking.

- Son muy bonito, las cosas no se pueden negar - dije.

- Gracias - dijo Max y cuando lo miré estaba un poco rojo.

- De nada.

Hablábamos  mientras que caminábamos hacia la dirección que me había mandando Alice, yo guiaba y Max me seguía.

- Llevamos 15 minutos dando vueltas y siempre llegamos al mismo destino - dijo Max parándome en seco.

- Creo que me he perdido.

- Pues bien querías guiar - dijo y cogió mi móvil.

- Me he equivocado seguro que una calle.

- Llevas un rato perdida, se te notaba en la cara.

- Bueno, un poco sí. Pero casi siempre tengo una buena orientación - dije y lo miré y le sonreí.

- Recuérdame que cuando hagamos una entrevista, no hagas ningún juego de orientación.

- Auch, eso me ha dolido - dije y él sonrió.

- Vamos, es por allí.

 Comenzamos a caminar de nuevo tras Max cogiese las riendas para comenzar a guiar, y llegamos a la cafetería donde ya Alice nos estaba esperando. Guapa como siempre y sin faltarle sus anillos que tanto la describía y que le encantaba combinar, y su largo pelo castaño recogido con sus gafas de vista.

- Te has perdido - dijo Alice mientras que me daba un abrazo.

- Hola, ¿Qué tal? 

- Que desastre eres en París.

- ¿Sólo en París?- preguntó Max y Alice se quedó sorprendida y abrió los ojos mientras que me miraba.

- Sí, en los otros sitios es muy buena - dijo y se acercó a Max. - Hola, soy Alice.

- Yo Max, encantado.

- Igualmente.

- ¿Nos sentamos? - pregunté mientras que me sentaba en la mesa donde estaba sentada Alice.

- Tengo unas par de ideas para el traje - dijo Alice mientras que me mostraba los distintos diseños que había creado.

- Tía, me flipan - dije mientras que lo miraba y Max también miraba muy atento.

- Son muy bonitos, tienes una muy buena mano para el diseño.

- Es increíble, tengo unos  cuadros de ella en mi casa.

- ¿Enserio? 

- Sí, Alice es muy buena.

- No lo soy tanto - dijo mientras que se iba poniendo cada vez más roja.

- Bueno, luego te cojo las medidas.

- Sin prisa - dijo Max.

- ¿Seguro? - pregunté mientras que lo miraba.

- Sí, seguro

- Calla anda y disfruta de París - dijo Alice.

- No me queda de otra.

- ¿A qué te dedicas Max? - preguntó Alice justo cuando llegaba la camera con la comanda, ya que Alice se había encargado de pedirla antes de que nosotros llegáramos, un café de avellanas con dulces típicos.

- Soy piloto de Fórmula 1 - En ese momento Alice se atragantó y yo le di un patada debajo de la mesa.

- ¿Estás bien?

- Sí, gracias. ¿De qué equipo? Es que no sigo mucho la fórmula 1.

Creo que Alice era la persona que mejor mentía del mundo y más cuando su padre era una de las personas que patrocinaba el equipo de mi padre y a ella le encantaba ir a ver las carreras.

- De redbull - dijo Max y Alice se ahogó, y volví a darle una patada.

- Que guay, tengo que ir a ver alguna carrera.

- Estás invitada siempre que quieras.

- Muchas gracias.
Seguimos hablando mientras terminábamos de tomar aquel maravilloso brunch y luego nos dirigimos al piso donde vivía Alice. Un pequeño apartamento donde se podía ver al fondo la Torre Eiffel y los grandes edificios que la rodeaban, y no podían faltar los increíbles cuadros pintados por Alice decorando aquellas paredes blancas.

- Que bonito los cuadros - dijo Max mientras que miraba los cuadros.

- Los hace ella - dije mientras que me preparaba para que Alice me cogiera las medidas.

- TIAA - dijo Alice sabiendo que odiaba que la gente supiera que pintaba.

- Si fueses mala lo entiendo pero no es así - dije.

- Ya pero... 

- Pintas muy bien. Sería un honor  tener un cuadro tuyo  - dijo Max y se sentó en el sofá.

 - Muchas gracias - dijo Alice y me sonrió a mi mientras que Max sacaba su móvil y se ponía a mirar algo.

Alice comenzó a cogerme las medidas y hablando como quería hacer el vestido, debido a que no sólo era la graduación del Máster  si no también un evento importante con grandes personalidades, el evento del año en Mónaco.

- ¿Tu ya tienes el tuyo? -pregunté a Alice cuando me sentaba al lado de Max.

- Estoy en proceso, sólo quiero ir guapa para tu día - dijo Alice

- Seguro que vas a triunfar.

- ¿Aburrido Max? - preguntó Alice.

- No, sólo cansado.

- Cuando quieras regresamos a casa.

- Pues... vamos - dijo Max.

Nos levantamos y nos despedimos de Alice, sólo tenía ganas de volver a verla de nuevo para volver a hacer nuestras tonterías.

- Nos vemos en un gran premio - dijo Max cuando se despedía de Alice.

- Eso está hecho.

Salimos de casa de Alice e íbamos hablando en busca del coche.

- ¿Cogemos algo para el camino? - pregunté debido a que ya eran las 8 de la noche.

- He cogido un hotel para pasar la noche - dijo Max mientras que miraba en su móvil la dirección y yo no supe que decir.

¿Una última pregunta? - Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora