Noche de Eclipse

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Oscuridad

"Diciembre 12 de 2025

El olor a sangre se expandía por toda la frontera. El sonido del viento dejó de ser relevante después de aquellos gritos de horror que se escucharon a lo lejos. La arena negra dejó de ser tormenta convirtiéndose en bestias enormes. Las luces de la fortaleza se volvieron opacas, sombrías. Las tierras de Eris fueron golpeadas por un aire gélido. Del suelo aparecían centenares de alimañas. La fortaleza negra que cuidaba Somnum había sido asediada por monstruos de arena y azufre llamados Oscuris. La guardia era brutalmente masacrada, una tormenta arrasaba el pueblo guardián del linde de Eris, hombres, mujeres y niños consumidos por la calamidad. Una mujer se acercó a un hombre herido y colocó su mano sobre su pecho. Tenía la piel fría, era de uñas, manos y brazos negros como el carbón. "Curata", recitó en voz baja sanando al hombre lastimado.

"El sello de Morfeo fue quebrantado, prepárense para vivir en la oscuridad y el frío. Quiero que entregues este mensaje a quienes dirigen tu mundo y el de los Glourants", dijo la mujer levantándose frente a él. Cubrió sus manos con una tela gastada, caminó fuera del pueblo para desaparecer en la niebla negra.

Diciembre 12 de 2063

La heterocromía, lunares blancos, albinismo y cabello rojizo, todas estas condiciones y muchas otras tienen una explicación biológica gracias a la herencia genética o mutaciones en el ADN. En muchas culturas y creencias religiosas acreditaban estas condiciones con poderes sobrehumanos, brujería, satanismo, dioses, etc. Antiguos manuscritos mencionaban qué Morfeo, hijo de la personificación del sueño Hipnos, poseía el ojo que todo lo ve. Así como en la mitología nórdica, Heimdall podía ver todos los reinos. Se cree que Morfeo poseía esta habilidad. Es impresionante pensar que los dioses antiguos también poseían mutaciones físicas.

"¡Profesor Moroes, mi hermano tiene un ojo de diferente color!", comentó Luna Dubois, una estudiante nueva.

"Evidentemente, tu hermano es un caso muy especial, Señorita Luna, ¿no?", dijo Moroes a la chica.

"Sí, señor".

"Un gusto en conocerla. ¡Chicos, quiero presentarles a la señorita Luna! Ella es su nueva compañera de clases, su familia se mudó aquí hace poco y aunque ya estamos por terminar el curso, Luna nos acompañará los días venideros".

La clase quedó en silencio, un silencio bastante corto de segundos. Luna se sonrojó un poco y volteó a ver a sus compañeros, quienes se encontraban maravillados ante la belleza de esta chica: su piel blanca y tersa, unos labios delgados con un pequeño lunar en la parte inferior derecha que se veían tan suaves como el algodón, su cabello negro como el ébano y su rostro iluminado con pecas como una noche estrellada en medio de un bosque de pinos. Tenía ojos marrones como el café y sutiles líneas color ocre que te guiaban de la pupila al iris del ojo. Además, de modesta altura, sus sublimes caderas hacían de esta chica una belleza diferente.

—¿Podemos continuar la clase? ¿O se quedarán todos viendo a Luna como tontos? -dijo Moroes, rompiendo aquel silencio incómodo que se generó. Por los pasillos se escuchaba aquel sonido idiófono que anunciaba el final de la clase. «¡Salvada por la campana!», pensó Luna. —Chicos, recuerden leer la página setenta y cinco del libro para la siguiente clase, en la que hablaremos de la historia griega y sus similitudes con otras mitologías antiguas del mundo— dijo Moroes mientras recogía hojas del escritorio. Los estudiantes se retiraron del salón de clases rápidamente. Se escuchó crujir el escritorio como si algo se encimara sobre él.

—¿No crees que fue algo incómodo el ambiente con la nueva? Era bastante linda, realmente.

—¡Jajaja! ¡Vamos Noah, no sabía que te interesaban las chicas de esa manera! Aunque ya estás en la edad ¿no, hijo? Deberías tomar la iniciativa. Toda la clase quedó impresionada con la belleza de esa chica.

Herederos de dioses Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin