La primera sombra

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balberith 

En la ciudad de Onifor existen portales inmateriales que conectan las dimensiones de cada reino entre si, muchos de estos portales son controlados por medio de la materia oscura gracias a la tecnología Arkys, el salto sin ningún control puede enviarte a las tierras devastadas o a tierras inexploradas, por lo que se crearon controles tecnológicos para mediar con estos saltos de imprevistos. Moroes tenía una reunión muy importante en el ministerio, edificio que en el reino de Tinitios era la tienda de pócimas y sortilegios mágicos de Amelia, Tinitios y somnum son reinos gemelos y lo que existe en uno también existirá en otro, Moroes llega a la tienda notando qué hay un gran revuelo alrededor de ella, una gran cantidad de personas se aglomeraron en la entrada principal, Moroes intenta hacer camino en medio de todas la gente que rodeaba el local «¡Sangre! Es sangre» Grito una mujer que mascullaba en los arbustos, Moroes corrió rápidamente observando arena negra en la  entrada, las plantas estaban marchitas, las ventanas y sangre por toda la tienda, no era de animal, caminó cuidadosamente, tomando la perilla de la puerta con un pequeño trapo que tenia en el bolsillo, todo se encontraba destruido, detrás del mostrador había escrito en sangre una frase "qui primi nati". «Quienes fueron los primogénitos, sangre en el marco de la entrada, una rama de hisopo» Moroes tomó su celular sacándole una fotografía a la inscripción que había en la pared del mostrador, algo de esto se le hacia familiar, como si hubiera leído antes de ello.

El aroma fétido de muerte que había en el lugar era insoportable, avanzó hasta el deposito de la tienda, tocando el interruptor de la luz sin lograr encenderla, «Cuanta cantidad de moscas» dijo moroes en voz  baja dirigiéndose al fondo del lugar, tomó de su maletín una daga con una empuñadura de bronce  que contenía incrustaciones de lapislázuli en el centro, sostuvo con fuerza la daga dispuesto a combatir, en el suelo yacía el ministro de habilidades junto a su primer hijo, moroes toco su cuello para sentir su pulso, el ministro se encontraba con vida aunque su hijo no corrió con la misma suerte, le habían extraído toda la sangre del cuerpo, el cadáver del chico tenía días en descomposición no había muerto esa noche, aunque la sangre que se encontró en el jarro de la entrada y la puerta lucia bastante fresca, algo no le cuadraba a Moroes en toda esta historia, volteó rápidamente al escuchar unos pasos acercarse al lugar —Querido ¡Soy yo! —dijo Amelia entre la oscuridad del lugar— ¿Que paso aquí? Todo esta destruido «utiliza esa técnica con un iniciado asquerosa bestia de arena, siento tu sed de sangre a kilómetros, tu hedor a muerte hasta un novato lo puede sentir» Moroes poso la daga frente a el, las piernas levemente inclinadas y la mano izquierda en su espalda «¡Esa posición de pelea! Eres el héroe de héroes, la salamandra de fuego» se escucho decir con la voz de Amelia desde el fondo «deja de utilizar la voz de mi esposa, no eres merecedor de imitar una voz tan bella» Frente a él se posaba un hombre alto, de piel pálida, vestía una larga túnica negra echa con arena, que se regaba por toda la habitación «La vida mortal es tan fugaz, los humanos traen discordia al mundo, se creen mejores, aunque destruyen su propio reino y la vida que se encuentra en el, animales, plantas, ríos, océanos, cada ecosistema se ve afectado por la existencia humana, protegen a una raza que esta condenada, un error que nunca debió ser creado» el suelo de todo el lugar se encontraba cubierto de tierra negra «Veo que no eres un Oscuris normal ¿se te confirió un nombre?» de la daga emanaba fuego que recubría la mano de Moroes «No eres digno de saberlo, pero como morirás en este momento de permitiré escucharlo, mi nombre es Balberith, soy un aspecto, un absorbido» Moroes se erizo al escuchar ese nombre, lo reconoció de inmediato, un ángel corrompido, se enfrentaba a un demonio, uno de los primeros ángeles desterrado del reino del dios Yahvé «Gloria Patri, et Filio, et Spíritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saécula saeculórum. Amen» dijo Amelia en voz alta iluminando la habitación, Balberith se vió cubierto por un gran manto de alas negras, Moroes corrió hacia el enterrando la daga en el el pecho de Balberith quien se desvaneció convertido en arena, volando fuera del lugar.

—Qui primi nati, Sus hijos no estarán seguros en ningún lugar, no importa a donde los envíen. —dijo Balberith desapareciendo como polvo en el aire—

Moroes relajó los músculos de su brazos, caminó al salón principal de la tienda donde se encontraba Amelia, ella cubrió todo el lugar con un hechizo de protección ilusorio que hacia parecer toda la tienda como normalmente se vería, con su grimorio borro la memoria de todas las personas que se encontraban fuera alejándolos del lugar, Moroes saco de su maletín una píldora y se dirigió a donde se encontraban los cuerpos, metió la pastilla en la boca del ministro empujándola con sus dedos hasta el fondo de su garganta quien en pocos segundos despertó viendo a su hijo quien se encontraba muerto a pocos centímetros de el.

—Amelia, llama al consejo y diles que encontramos al ministro pero su hijo esta muerto. — Dijo moroes

El ministro lloraba abrazando el cuerpo de su hijo, Moroes no tenia la fuerza para apartarlo del lugar, en todo momento pensó que ese podía ser Noah, pocos minutos después se escucho el sonido de las brazas del fuego, de la chimenea salió una mujer de cabello muy largo y sedoso, tan oscuro como el manto de la muerte, una gran toga negra abierta a mitad de los pechos que llegaba hasta su cintura, una clavícula pronunciada y muy delicada, de ojos magentas y labios rojos.

—Bruja Lilith le tengo muy malas noticias —dijo Moroes—
—Héroe Moroes, cuanto tiempo sin verlo, tendría usted la edad de su hijo cuando me dio su semilla ¿no? —dijo Lilith con una Sonrisa coqueta— se ve un poco gastado ya por la edad.
— Usted tan bella como siempre, aunque no mas que mi maravillosa esposa —dijo moroes— Balberith se convirtió en un aspecto, un absorbido, me temo que es muy poderoso en mi estado actual yo no lo hubiera podido derrotar.
—El envejecimiento te a debilitado Moroes, Balberith se unió a los de Eris por voluntad y me temo que muchos demonios igual, mis hijos no felices con la paz que se vive entre los reinos. 

Lilith se dirigió al frío cuerpo del chico, lo cubrió con un manto que tomó de sus hombros, con un chasquido de dedos lo desapareció den lugar «tu hijo estará tranquilo conmigo no te preocupes, Llevaré la esencia de este joven con Serafiel, no podrá reencarnar nuevamente como un Arkys y si lo hiciera seria de Eris, lamentó mucho su perdida ministro, todos los Arkys que fueron consumidos, renacerán como darkys, alma de ese chico sera purificada por un celestial, volverá al plano terrenal como un humano común y no recordará sus vidas pasadas»

Lilith pide a Moroes que lo acompañe al salón principal solicitándole la daga, al tomarla tocó con una uña la piedra de Lapislázuli, volviéndola vino tinto «El rey de somnum camina entre ustedes, así mismo como su antítesis, prepárense para luchar o tu raza perecerá» Lilith chasqueo sus dedos desapareciendo en una creciente nube de polvo oscuro.

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