Hija de la Noche

17 5 1
                                    

Reflejo

  
La calmada noche apaciguaba la intranquilidad que vivía la comunidad arkys, los oscuris desataban la calamidad, las calles ya no eran seguras, Onifor era silencioso y solitario por las noches. Luna dormía profundamente, su habitación era amplia, con un gran espejo que daba de frente a su cama el cual reflejaba la luz que entraba por la ventana, una gélida brisa llenaba la habitación, un susurrante soplido podía escucharse pasar entre las puertas, fue despertada por un grito desgarrador que erizo cada vello de su piel, un escalofríos recorría su cuerpo, el miedo se había apoderado por completo de su mente, Luna encendió una pequeña luz que se encontraba a un costado de la cama, sobre una robusta mesa de noche «Que pesadilla tan horrible» pensó Luna mientras se cubría con las sabanas, tomó un vestido acomodado sobre su cama dirigiéndose hacia el marco de la ventana «hace demasiado frío» el viento que soplaba fuertemente rozaba las paredes de la casa creando un fuerte ruido.

—¡Luna! Hija ¿estas despierta?. —Se escucho decir a Eva entre los pasillos— Necesito tu ayuda hija.
—¿Mama? —Pregunto Luna sorprendida al escucharla— ¡Ya voy!.

El ambiente de la noche era helado, Luna rodeaba sus brazos para mantener un poco el calor, caminó hacia la entrada de su habitación, el viento abrió lentamente la puerta mostrando el sombrío y extenso pasillo oscuro, la temperatura aumentaba ensombreciendo el espejo incapaz de reverberar imagen alguna, Luna caminó lentamente hacía la puerta «¡Luna! ¡Luna! ayúdame hija» —se escucho la voz de Eva a mitad del oscuro corredor, La voz de su madre arrebato la poca tranquilidad que ella podía llegar a sentir al escuchar como se distorsionaba poco a poco, era imposible que fuera la voz de Eva llamándola. «Algo esta mal ¿Como supo que me desperté? No hice ningún ruido que se pudiera escuchar» pensó Luna sosteniendo la helada manija de la puerta, un escalofrío recorrió su espalda a escuchar por tercera vez la vos de su madre «¡Luna! Apresúrate hija» caminó hacia la habitación de su madre golpeando la puerta tres veces logrando abrirla con los golpeteos,  la habitación se encontraba vacía, la cama tendida, la ventana abierta, Luna no paraba de temblar por el frió que hacia en aquel lugar, podía notar salir su respiración jadeante, se encontraba en el la entrada de la habitación, dando espalda al lugar de donde venia la voz de su madre «¡No me ayudaste! ¡No ayudaste! ¡No me ayudaste!» volteó horrorizada escuchando tan horrible voz, su madre yacía parada en medio del oscuro pasillo con lagrimas negras brotando de los ojos, Luna se encontraba inmóvil completamente aterrada, su rostro palidecía al ver la el rostro de Eva, la piel de sus ojos se desvanecía, su semblante se despedazaba cayendo al suelo, los pedazos de carne se convertían en una pestilente arena oscura, era el olor de la muerte, de la sangre, de la calamidad.

Luna le empujo viendo como sus brazos atravesaban el cuerpo de Eva, corrió por el pasillo bajando apresuradamente las escaleras tropezando con un escalón golpeándose la cabeza, sentía que perdía el conocimiento, desorientada y adolorida por la caída se levanto lentamente encendiendo la luz del salón principal, los escalones crujían con los pasos de Eva que despedazada caminaba murmurando «Ayúdame hija, ayúdame» Luna quería gritar, tenia miedo, estaba mareada, atemorizada aquella criatura se transformo en un enorme manto negro, tenia el rostro cadavérico, profundas y oscuras cuencas en los ojos, a su espalda escucho una voz que recitaba palabras que lograba entender, era la voz de Eva su madre.
—Levántate hija, esa cosa viene por ti —dijo Eva guiándola a el salón principal de la casa—
encendió todas las luces que encontraban en el camino, la arena negra salió rápidamente volando por la entrada de la casa, la temperatura se elevo, el frío que empañaba las ventanas ceso por completo, las bombillas de las luces emitían nuevamente un brillo vivido, lo que sea que había sido eso ya se a ido
—Cobarde —dijo Eva enojada— ¿Te sientes bien? Te golpeaste muy duro.

—Ten toma un poco de agua, no imaginé que algo como esto pasaría tan pronto, siéntate querida —dijo Eva— lo que acabas de ves es lo mas parecido a un demonio, les decimos Oscuris, fueron creados por la diosa de la calamidad Eris no resultan ser un gran problema para nuestra raza, pero algo los esta cambiando.

Eva tomó un libro, abriéndolo en una pagina completamente negra, deslizo la yema de sus dedos sobre la hoja mostrando un hechizo «¡Revelata obscura!» una aura oscura comenzó a tomar forma en todo el lugar, el rastro del Oscuris fue mostrado por todo el lugar.

—¿Sabes el chico del que te hable que era como Reece? El también es un Arkys —Dijo Luna— Dejó de ir a clases desde hace tres días ¿Crees que este bien?
—Noah es hijo de una vieja amiga —Dijo Eva alegremente— si es como sus padres, esta bien.
—Ese chico del que me comentaste ¿de que color tenia los ojos? La verdad no he tenido la oportunidad de conocer al joven Noah en persona.
—Su ojo derecho es rojo como el vino —dijo Luna— ¿por que preguntas?.
—Por nada, solo es curiosidad —dijo Eva— ve a dormir querida, tienes que despertar en pocas horas ya.

Herederos de dioses Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ