II

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- ¿Qué mierda

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- ¿Qué mierda...? -A pesar del dolor de garganta, hablo en voz alta, algo que se arrepintió, pues parecía que esta estaba al rojo vivo.

"Ay webon, no debo hablar..." Se agarro la garganta por el dolor.

"Debo de estar teniendo un sueño muy raro, y debe de ser esos sueños que se sienten muy reales..." Intento pensar con lógica el castaño. "Mejor me voy a mi casa" y con ello, se empezó a encaminar a su departamento.

...

"¿Debería contarle esto a los chicos?" Se cuestiono en sus adentros, puede que ayuden. "¿Y si me ven como un loco?" Su caminar se detuvo en seco. "Tal vez me tachen de mentiroso y de imbécil." Los pensamientos intrusivos se hicieron presente. "Van a pensar que estoy jugando con su confianza y que estoy haciendo una broma de muy mal gusto." Se empezó a sentir su respiración pesada por sus pensamientos.

Negó rápidamente con su cabeza "No, sería mejor mantenerlo en secreto, solo fue un pequeño episodio sin sentido que probablemente imagine por mi falta de sueño, si, eso es."



No debería pensar eso.

⇢⇢⇢⇢⇢⇢⇢⇢⇢⇢⇢⇢≫

Estaba en la puerta de su departamento buscando la llave en su mochila, lo cual estaba haciendo una tarea muy difícil por los libros dentro de esta.

"Por qué tenemos que tener tantos libros?" Se quejo mentalmente.

- Acá estas, hija de puta. -Insulto a la llave que tanto le costó encontrar. Abrió la puerta y se adentró al interior de su hogar.

...

Eran las dos de la mañana, curiosamente se pudo dormir temprano luego de tanto tiempo. Su colchón nunca se sintió tan cómodo, su almohada nunca le pareció tan suave o sus sábanas le parecieron tan cálidas. Todo parecía tan bien, tan cálido, tan cómodo. Por primera vez en meses, ese departamento le pareció un lugar que le daba paz...

Pero aquella paz no duro mucho.

Pues de repente sintió la misma sensación que sintió en el parque.

!?

No podía toser.

Se retorcía en su cama, de repente esta se empezó a sentir como una prisión, sus piernas se enredaban en las sábanas, aquella almohada suave se empezó a sentir como una piedra, aquel colchón parecía que lo abrazaba para que no se levante.

"Qué debo hacer ahora?" Intento pensar en una solución para poder respirar de nuevo. "La maniobra esa!" Rápidamente recordó la maniobra Heimlich.

Con gran esfuerzo se logró levantar de la cama con sus piernas temblorosas. Rápidamente poso su mano empuñada por debajo de la parrilla costal y por encima de su ombligo, con otra mano la sujeto firmemente e hizo un movimiento rápido en dirección para arriba. Lo repitió un par de veces con desesperación. Al quinto movimiento pudo escupir lo obstruía su sistema respiratorio.

𝙰𝚖𝚘𝚛 || 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora