III

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El dolor en su pecho se había vuelto insoportable con el paso de las semanas

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El dolor en su pecho se había vuelto insoportable con el paso de las semanas.

Tenía pensado en ir al doctor, si, pero el miedo de ello seguía presente. Parecía que, aunque lo intentara, no podría sacarse aquel pensamiento que tenía sobre lo que le estaba pasando.

El pensamiento de que iba ser una burla en todo un edificio.

....

El sonido de sus arcadas, toses y de las gotas del líquido carmesí golpeando el agua del baño publico resonaba en aquel espacio reducido y solitario.

Había salido con sus amigos al arcade de una plaza comercial para pasar el fin de semana, pero se vio arruinado cuando Duxo presento a aquella chica que tanto intento hablar, y sin dudas era hermosa a ojos de cualquiera.

El de ojos morados la presento y dijo que era muy amigable, y que aprovecho su salida para invitarla y conocerla más.

Como se arrepentía el castaño de darle ánimos a que le hablase.

No se acordaba de su nombre a pesar de que la persona que lo flecho lo repitiese a cada rato, había algo que no le permitía el recordar su nombre.

- "Son celos." Si, ya cállate Locochon, no es cierto. -Hablo a la nada luego de imitar la voz de su amigo que le había hecho burla con eso. - ¿...No? -Se cuestiono decaído.

La idea de los celos surgió, y le dio una arcada.

-No! ¿Por qué lo estaría? No tengo el derecho. -Se reprendió, pero su arcadas y vómitos no decían lo mismo.

Estaba enojado con él mismo por sentir tales cosas, se repetía una y otra vez que no tenía una razón por la cual se deba sentir así.

- Si, no fuimos nada, no somos nada y no seremos nada. -Dijo en un tono suave. -No debo de sentirme así... si él es feliz, yo también debo de serlo. -Murmuro aquello, pero su subconsciente le hizo recordar cada detalle de como el de ojos morados miraba a aquella chica.

Mientras, el grupo de amigos se encontraba en el arcade, habían decidido jugar uno que otro juego mientras esperaban al castaño, pero este no volvía de hace rato, despertando la curiosidad de sus amigos.

Tenían una charla amistosa, que constaba de chistes, risas, anécdotas, etc., esto fue parte con fin de que se conocieran bien con aquella chica. Aunque, a pesar de la animada conversación, ella no se veía cómoda con aquel ambiente, por lo que decidió despedirse y marchar a su hogar excusándose de que ya se tenía que ir a su casa, aunque no tenía la obligación de dar razones por las cuales irse.

Luego de ella se fuera, la charla seguía. Pero C3jo no podía ignorar el sentimiento de curiosidad -y tal vez preocupación- que era ocasionado por la extensa ausencia de su amigo más joven.

- Oye, como que Aquino se anda tardando mucho, ¿no? -Se digno a preguntar.

- Mh? -El lobo dirigió su mirada a la persona que había dicho eso de la nada. - C3jo tiene razón, por qué no vas a ver cómo está tu noviecito, eh, príncipe azul? -Hizo burla al de abrigo de paloma.

𝙰𝚖𝚘𝚛 || 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘Where stories live. Discover now