𝙰𝚖𝚘𝚛 || 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘

VI

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Se encontraban cara a cara, sin saber que decirse luego de lo dicho por el pelinegro, ya no existía aquella comodidad que tenían hace un par de semanas atrás. Parecía como si ahora fuesen desconocidos.

-Pero podemos salir de esto juntos, como los buenos amigos que somos, como... como... como siempre fuimos y podemos seguir siendo, ¿verdad? -Dijo Duxo desesperado por la probabilidad de perder a su mejor amigo.

El pelinegro seguía balbuceando cosas. Las cuales no eran escuchadas por el de ojos miel. Estaba perdido, confundido, cansado y enojado. Pero no estaba enojado con su amigo, o por sus palabras o por su comportamiento, sino consigo mismo, por sentir algo por su amigo al punto de estar enfermo.

-Y, y... ¿Aquino? -Duxo miro preocupado al castaño, ya que no había pronunciado ninguna palabra o hecho algún movimiento, solo se mantenía mirando fijamente al suelo, como si fuese más importante que aquella charla. -Oye, estás...-

-Por favor, no digas nada más. -Cortó de manera repentina el castaño. - Yo, creo que sería mejor alejarnos uno del otro, ¿sabes? -Dijo con una voz temblorosa.

Esto ultimo tomo por sorpresa al de abrigo peculiar. Iba a empezar a hablar, pero el de mayor altura fue más rápido que él y empezó a hablar de nuevo.

-Si seguimos manteniendo relación, va a ser peor a largo plazo, así que sería lo mejor para ambos.

-No. -Duxo de manera tajante, dejando confundido a su contrario, quien quería contradecirlo, pero lo corto antes de poder hacerlo. -Me niego a salir de tu vida, si quieres podemos intentar una relación, ¿eso no funcionaría? -Propuso el de hebras negras.

-Que...? Esto no funciona así, tú no me amas de esa manera, si estamos una relación romántica, va a ser forzada, porque tú no sientes nada por mi más allá de amistad. -Aclaró el castaño.

-Puedo obligarme a desarrollar sentimientos, enserio, te lo prometo. -Dijo en un tono alto y desesperado.

-No, entiende que eso no es posible, si te fuerzas, no es un sentimiento valido. -Dijo con un tono cansado e irritado.

El ojimorado siguió negando las palabras de Aquino, llevando a que este se cansara de la actitud que estaba adoptando su amigo.

-...Duxo, por favor, sal de mi departamento. -Pidió secamente el de ojos ámbar.

-No, por favor, debemos intentarlo. -Rogó mientras se acercaba a su amigo. -Tal vez si funcione! -Empezó a invadir el espacio personal de su amigo.

Esto empezó a incomodar al joven, quien simplemente, aprovechando la cercanía, agarro el antebrazo del de ojos amatistas.

-Que... ¡¿Qué haces?! -Exclamo con pánico el joven de mayor edad.

Aquino no respondió, únicamente se dirigió a la puerta del departamento y la abrió, sacando a la fuerza al pelinegro.