Inmersión

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Dewey reprimió un grito cuando vio a Malcolm cubierto de barro y apenas apoyado en la puerta. La lechuga que deshojaba para la ensalada de la cena cayó de sus manos y Piama dejó la lagsaña en el horno para envolver a Malcolm con una frazada y lo guió hasta una silla del comedor
Estaba tan empapado que debajo de él se formaba enorme charco.
"¿Pero qué rayos te pasó?" Dijo Francis paseándose inquieto por la sala
"Francis, ahora no." Reprendió Piama tocando las mejillas pálidas y heladas de Malcolm "Necesita entrar en calor"
Malcolm tiritaba. Tenía frío hasta en los huesos. Apenas había logrado llegar a la casa, arrastrándose prácticamente desde el patio inundado de los vecinos con la lluvia copiosa cayendo sobre él. Su camisa y pantalones estaban cubiertos del lodo y maleza que se acumulaba en su propio patio.
Se arropó con la frazada, sin hablar.
Estaba más perdido que antes, aunque de algún modo, su encuentro con Reese lo había sacudido.
Su hermano mayor solía ser abusivo en los momentos menos esperados, lo que hacía de sus bromas pesadas y emboscadas un verdadero shock. Porque cuando demostraba nobleza era maravilloso. Podía sentir una profunda confianza a su lado hasta que lo atrapaba con la guardia baja. Malcolm siempre juraba que no volvería a confiar en Reese, lo cuál era imposible. Sin importar cuantas veces lo enfureciera o lastimara, comprendía que en el momento que más lo necesitara, Reese estaría ahí.
Ahora, no sabía si era capaz de seguir creyendo lo mismo. Reese podría haberlo matado del susto o provocar que se ahogara, ¿por qué? Reese era un idiota pero hasta él conocía los limites.
Eso quería creer.
"Esto no puede seguir así Malcolm, ¿sabes los problemas en que pudiste meternos? Agradece que mamá no ha vuelto."
"Lo importante es que él está a salvo" recalcó Piama reprendiendo a Francis con la mirada.
"Te ves muy mal" dijo Dewey "En serio, ¿qué te pasó?"
Malcolm tuvo que controlar su mandíbula para que dejara de temblar.
"Na...nada"
"¿Estás lastimado?" Insistió Francis.
"No me pasó nada" contestó con voz parca, sus pensamientos todavía estancados en su encuentro con Reese.
"Deberíamos llevarte al hospital, por si las dudas" dijo Piama tocando su frente para checar su temperatura.
"No es necesario" apartó su mano amablemente.
Francis se aproximó.
"Oye, a mi tampoco me agrada que mamá se enoje porque te escapaste durante mi guardia, pero si estás herido o enfermo no te podemos dejar así."
Malcolm se oprimió el puente de la nariz. Todas las voces y la imagen de su hermano ahí bajo la lluvia lo abrumaban.
"Me caí de la bicicleta. Es todo"
"¿En serio?" Preguntó Dewey frunciendo el entrecejo.
Malcolm asintió.
"Me distraje, las calles estaban inundadas... resbalé. No me golpeé fuerte." Respondió con los ojos cerrados, había dolor en su expresión mientras pronunciaba cada palabra.
Francis, Piama y Dewey se miraron entre sí.
Luego de una larga y tensa pausa Francis dijo:
"Te ves espantoso, pero si dices que no estás herido tendremos que creerte"
"¿Estás seguro?" Preguntó Piama.
"Si, no es tan idiota como para estar herido en serio y no decirnos"
Dewey lucía escéptico y Piama indecisa.
"Tenemos que terminar la cena y limpiar un poco. Ve a darte un baño o algo, hueles a rayos" ordenó Francis.
Era hora de portarse como el hermano mayor a cargo, por muy despistado que estuviera de todo lo que ocurría a su alrededor.
Malcolm por otro lado no se movió. Le estremecía ir solo al baño con la posibilidad de ver a Reese ahí. Necesitaba olvidarse de su hermano por un tiempo por su propio bien. Aunque ni él mismo creyera que eso podría ser posible.
"Puedes caminar ¿no?" Dijo Francis.
"Si puedo" respondió sacando fuerzas de flaqueza y levantándose rumbo a su habitación y decidido a evitar el baño lo más posible.
Buscó en sus cajones, mojó rápidamente una camiseta en el lavamanos y regresó a su habitación para limpiarse brazos y piernas.
La ventaja de crecer en esa casa con dos hermanos era que encontraban alternativas para evitar la ducha después de regresar sucios por tanto jugar. Malcolm quiso creer que había estado más sucio en otras ocasiones. Como cuando los tres fueron retados por unos chicos del vecindario a un partido de basquetbol y al final terminaron peleándose en el fango.Lois los había castigado diciendo que si les gustaba portarse como cerdos vivirían como cerdos y no los dejó bañarse. A Reese y a Dewey no les importó.
Se puso una camiseta vieja, su pijama y se metió a su cama en posición fetal arropándose hasta la nariz. Miró la cama vacía de Reese en la oscuridad y sintió un escalofrío. A pesar de estar abrigado no conseguía entrar en calor.
Sus párpados estaban pesados. Cargaba el mundo encima y deseaba dormir para apagarlo pero temía soñar con él.
Había otros inconvenientes. Como que su madre lo encontrara en esas condiciones y sospechara que escapó o como que estaba ocupando el lugar donde Piama y Francis se alojaban.
"¿Por qué hiciste eso?" Susurró Malcolm todavía mirando con los ojos casi cerrados en dirección a la cama de Reese. "¿Por qué no has regresado aún?" Apretó los párpados y las sábanas, tratando de ahuyentar las palabras que todos le decían desde que Reese desapareció.
Mientras se hundía en una calma oscuridad escuchó voces en la cocina. Voces de sus padres. De toda la familia. Creyó entender lo que decían pero sólo quería descansar.
Esas palabras jamás las creería.
No debía.
No podía.
No lo haría.
Aún no.

Wilkercest (Malcolm x Reese) Más espesa que el aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora