Wilkercest (Malcolm x Reese) Más espesa que el agua

Verano

 Los días de sol estaban a punto de terminar. Era lo último del verano. Un verano que sería inolvidable a pesar de ser poco extraordinario.

Pero, en cierta medida eran unas vacaciones diferentes a las anteriores y para Malcolm y Reese significaba la única cosa buena que habían tenido en toda su vida.

"Deberíamos hacerle una visita sorpresa a Tracy y mencionar casualmente que tendremos una fiesta de piscina. Se arrepentirá de no habernos invitado a su cumpleaños." dijo Reese bronceándose el torso sobre su toalla húmeda, las manos detrás de la cabeza.

Malcolm rodó los ojos, pero estaban ocultos detrás de sus gafas de sol, eran iguales a las de Reese. Oferta del Lucky Aide: dos por un dólar.

Se incorporó de medio cuerpo sobre su propia toalla, irritado por las fanfarronadas de su hermano y quizá por el exceso de sol. No le sentaba bien el sol.

"Decídete ¿quieres? Primero odias a Tracy, luego quieres impresionar a Tracy, después quieres ponerla celosa invitando otras chicas ¿para qué? Para que al final decidas que es mejor dejar la piscina en secreto."

"Discúlpame por no querer arruinarlo. Si alguien se entera de la piscina y le dice a Dewey, él irá con el chisme a mamá."

Tenía toda la razón. Malcolm no iba a reconocerlo en voz alta así que se recostó de nuevo.

"Además, Dewey no sabe nadar. Sería una molestia tener que cuidarlo para que no se ahogue. Imagina el castigo que nos pondría mamá si eso pasa." dijo como si hablara de una travesura cualquiera.

A pesar de todas las barbaridades que escuchaba decir a Reese a diario, Malcolm no dejaba de sorprenderse. Pero tenía demasiado calor para discutir.

"¿Y para qué asolearnos? Creo que me estoy insolando y deshidratando."

"No quieres llegar al nuevo curso escolar luciendo como un pescado frío. Si nos bronceamos todo mundo sabrá que nos divertimos."

Malcolm sudaba y sentía que su piel no podía soportar un minuto más sin tostarse. Consideraba que Reese estaba en ventaja por tener más músculos, así que el sol no le hacía nada.

Bebió de la lata de soda que tenía junto a él, empezaba a calentarse y ya tenía un sabor feo pero le calmaba la sed.

"Tú harías lo que fuera por ser popular. Incluso rostizarte como pollo. Tienes qué controlarte un poco."

"Al menos yo hago las cosas divertidas. ¿Acaso no fue idea mía lo de la piscina? Déjame recordar...oh espera. sí, si lo fue."

Un día Reese había llegado corriendo a la habitación y le dijo a Malcolm que se apresurara a seguirlo sin hacer preguntas. Malcolm fue tras él, porque cuando alguno de ellos pedía desesperado que lo siguieran y sin preguntar, era porque se trataba de algo bueno.

Y así fue.

Los chicos se asomaron por encima de la cerca del patio trasero.

"¿Es lo que creo que es?" dijo Malcolm con la voz temblorosa.

"Así es hermano, te presento el paraíso."

Los vecinos de la casa de junto se habían mudado unos meses antes. Para los chicos seguía siendo un misterio el motivo y la verdad les daba un poco igual. Desde su mala experiencia con Josh y Emily, la niña demonio, decidieron dejar de interactuar con cualquier vecino nuevo en esa casa. Lo único importante ahora era la flamante piscina que los esperaba con su agua cristalina y fresca. El agente de bienes raíces debía estar intentando vender la casa otra vez, eso explicaba el esmero por hacer ver la propiedad más atractiva para posibles clientes.