Lluvia

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 "Aaah sí, claro" respondió Malcolm entornando los ojos "Reese está muerto." dijo despreocupado.

Dewey, sus padres y el oficial cambiaron sus expresiones de aflicción por una de indignación.

"¿Cómo puedes ser tan idiota?" dijo Dewey furioso y corrió a su cuarto llorando.

Malcolm dio un rápido vistazo a los presentes en la sala y se fue atrás de su hermanito.

"Disculpen." dijo cauteloso.

Sobre la cama y boca abajo, Dewey no paraba de llorar. Después de un rato sintió la presencia de Malcolm y levantó la cara encontrándose con su hermano mayor observándolo cruzado de brazos.

"¿Qué quieres?" preguntó el niño hipeando.

"Ya deja de actuar, Dewey. Tú eres cómplice de Reese."

"¿De qué hablas?" respondió furioso.

"No sé qué vayas a ganar, pero no lleven la broma demasiado lejos o mamá los matará a los dos y será en serio." dijo Malcolm dejándose caer en la cama de Reese, algo que de haber estado su hermano ahí si que le hubiera costado la vida.

Dewey se incorporó bruscamente y se acercó a Malcolm que lo observaba desde su lugar.

"¡Yo no soy cómplice de nada!"

"Por favor. Esto es obra de Reese y lo estás cubriendo. Si algo le pasara de verdad, dudo mucho que estuvieras tan triste."

"¡Eres horrible!" dijo Dewey y se fue al baño donde siguió llorando.

Llovió toda la noche mientras Malcolm se quedó dormido pensando que su hermano mayor pagaría muy caro esa broma. Se preguntaba, cuál sería el propósito del bobo de Reese.

*

Algunas semanas antes los chicos merodeaban por el Lucky Aide. El turno de Lois estaba a punto de terminar y había agendado una cita con la escuela de peluqueros. Dewey iba varios pasos detrás de sus hermanos, quejándose porque su cabello ya estaba demasiado corto y no había crecido ni un centímetro en todo el verano.

"Me temo que tendrán que afeitarte la cabeza entera" canturreó Reese en la distancia caminando holgadamente por el pasillo de licores.

Malcolm sonrió mientras leía el reverso de una botella de una bebida de frutas tropicales y luego la devolvió a su lugar indiferente.

Los dos chicos sabían que a Dewey todavía le aterraba la máquina de afeitar y le avergonzaba admitirlo. Todo porque a los cinco años, Reese le había contado que un peluquero había decapitado a un chico sin querer al intentar rasurarle las patillas.

"¿Ah sí? ¡Pues a ustedes también!" gritó el niño a lo lejos.

"Nosotros si tenemos cabello que nos corten" respondió Malcolm alzando la voz y caminando de espaldas para ver la expresión de Dewey. Su hermanito hizo un puchero y se giró en redondo hacia otro pasillo.

Reese y Malcolm soltaron una risilla tonta, satisfechos de haber molestado a Dewey. Entonces Malcolm chocó de espaldas con Reese y los dos se fueron sobre el anaquel de botellas. Haciendo malabares, consiguieron evitar que se cayeran al suelo.

"Fíjate por dónde caminas, estúpido." le dijo Reese, sin importarle un bledo realmente el desastre que había estado a punto de ocurrir. "¡Mira eso!" dijo, cambiando de inmediato el tema. Corrió hacia un pequeño stand con artículos de playa.

Había un carrusel de gafas de sol y Reese lo giraba muy rápido, buscando.

"No, no, no, Reese. No te quedan. Se necesita cierto estilo para usar gafas y tu no lo tienes."

Wilkercest (Malcolm x Reese) Más espesa que el aguaWhere stories live. Discover now