♣️ 054 ♣️

116 20 48
                                    

Annalise Lim Wise

Las risas en mi subconsciente irrealista al fondo del baúl de mis deseos imposibles contaminaron mi cabeza. Mis sueños hablaban de todo lo que en realidad quería para mí, más sin embargo, jamás había vivido uno en la vida real. Caricias delicadas, besos llenos de amor, risas sin freno de sentimientos. Su olor inundaba mis fosas nasales, su piel seguía rozando la mía... Y mis ojos ardían porque eso no era real. Nada de lo que imaginaba en mi cabeza era real.

Abrí mis ojos por el varonil olor que aún posaba mis sábanas, mis ojos estaban húmedos porque había sido un lindo sueño. Él ya no estaba ahí. Las sábanas arrugadas dejándome un enorme espacio en la cama era la garantía que sí estuvo ahí. Me estiré lo más que pude, la tensión que sentí las últimas semanas ya se sentía menos, pero estaba enojada conmigo misma por haberme emborrachado y permitirle quedarse conmigo. Solo me faltó bajarme las bragas y abrirme de piernas nuevamente. No quería ser como él que todo lo solucionara con sexo de un rato y luego se desaparecía.

Me bañé con agua fría como castigo. El alcohol se estaba convirtiendo en un nuevo mejor amigo y no quería caer en garras de la dependencia. Me coloqué un jogger negro y una pequeña camisa blanca mostrando mi ombligo. Mi madrina me había cambiado nuevamente el closet y mi estilo de vestir cambiaba poco a poco. La ropa atrevida me incomodaba, pero mi madrina me dijo que era una forna de ayudar con mi autoestima. Me coloqué mis converse y bajé a darle de comer a Manolo.

—Anny —levanté el rostro. Joon Young venía aún con pijama, esa vez era de obejitas. Me gustaba lo infantil que podía ser. O tal vez me estaba empezando a gustar la tranquilidad que trasmitía. O me estaba empezando a gustar él y el hecho de que todas mis preocupaciones desaparecían si estaba cerca.

—Buen día.

—Te esperé ayer. No tenía con quien cenar, Dimitri se fue.

—Salí con mis compañeros de clase y me emborraché.

—Bueno, ¿y si me acompañas al desayuno? —su vista se desvió hacia atrás de mí. Sus ojos se oscurecieron, su mano se empuñó con fuerza. Antes veía a Yohan y le tiraba indirectas en forma de molestarlo, pero días atrás eso había cambiado. Lo veía con odio puro.

Sentí sus labios fríos en mi mejilla y sus manos aún más Frías rodear mi cintura apretándome contra él.

—Tenemos que ir a desayunar con mi familia. No te desperté porque estabas profundamente dormida.

—¿Te parece si lo dejamos para la cena? —le pregunté a Joon Young. Por alguna extraña razón me sentía rara que él viera los ataques de amor fingido de Yohan, más que todo porque él conocía nuestro estado matrimonial y me vio llorando por él semanas atrás.

—Cuando puedas, Anny. Yo estaré aquí para cuando quieras.

—No te necesita, así que no la esperes.

—No estoy hablando contigo, es ella la que me está ofreciendo cenar, y créeme, cualquier oportunidad para...

—Cállate, no te quiero cerca de ella.

—¿Y quién me prohíbe? ¿Tú?

—Si no quieres quedar paraplegico del todo, mejor no me tientes.

—No me amenaces, renacuajo.

—Joon, basta —me iba a acercar a él, pero Yohan no me lo permitió.

—No te preocupes, Anny. Nos vemos en la noche, o cuando al bebé se vuelva a ir con otra.

—No te metas conmigo o si no...

—Basta. Tú vete con tu familia y tú vete a tu casa.

—Tú te vas a tu casa y tú te vas conmigo —contra atacó Yohan tomando mi brazo y adentrándome a la casa con él. Me zafé de él al llegar a la sala.

♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)Where stories live. Discover now