CAPÍTULO 2

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Miraba por la ventana del jeep.

— Diana: Gracias por traerme.
— Conrad: De nada.

Llegamos al lugar y empiezan a imprimir las fotos que quería.

— Diana: Qué raro. (Digo viendo las fotos)
— Conrad: ¿Sucede algo?
— Diana: Tengo fotos con todos menos contigo. (Se encoge de hombro) ¿Puedo?

Le muestro mi teléfono con la cámara abierta. Se vuelve a encoger de hombros, me acerco y tomo una foto.

— Diana: Está también, por favor.
— X: ¿Estos no son los de One Direction? (Dice viendo una de mis fotos)
— Diana: No, son las figuras de cartón articuladas. (Digo sarcástica) ¿Cuánto sería?
— X: $30 por maleducada. (Le pago y tomo mis fotos)
— Diana: Lamento desilusionarla, pero no me afecta en nada el precio, por $30 no me quedare pobre.

Salgo de la tienda.

Conrad y yo estábamos en el jeep camino a casa.

— Diana: ¡Los cigarros! (Tomo mi teléfono y le marco a mamá) Hola ma, ¿Dónde estás?
— Mamá: Sigo afuera con Susannah y Laurel.
— Diana: Oh, no te quito el tiempo, adiós. (Le cuelgo)

— Conrad: ¿Qué cigarros?
— Diana: Unos de tabaco que deje sobre mi cama.
— Conrad: ¿Fumas? (Me mira mal)
— Diana: No me mires así, tú también lo haces. Además, solo lo hago cuando tengo ansiedad.
— Conrad: Yo no fumo tabaco.
— Diana: No, tú fumas marihuana. (Le doy una sonrisa socarrona)

 ⁓☀⁓

La cena la primera noche era siempre la misma: una gran olla de sopa picante de pescado que Susannah cocinó mientras esperaba que nosotros llegáramos. Grandes porciones de camarones, patas de cangrejo y calamares, ella sabía que amaba el camarón. Incluso cuando era pequeña, me gustaba separar el camarón y guardarlo para lo último. Susannah puso la olla en medio de la mesa, junto con pan francés de una panadería cercana. Cada uno de nosotros tenía un tazón, y lo pasábamos al que teníamos al lado hasta que llegara nuestro turno. Susannah, Laurel y mi madre siempre tenían vino tinto, y a nosotros los niños nos daban refresco de uva, pero esta noche había copas de vino para todos.

— Susannah: Creo que todos tenemos edad para beber ahora, ¿no lo crees, Karen y Lau?
— Laurel: No sé de eso... (comenzó, pero luego se detuvo) Oh, está bien. Bien. Estoy siendo provincial, ¿no es así, Beck?

Susannah río y descorchó la botella. 

— Susannah:  ¿Tú? Nunca, (dijo, vertiendo un poco de vino para cada uno de nosotros) Esta es una noche especial. La primera noche de verano.

Conrad bebió su vino en un par de tragos. Lo bebió como si estuviera acostumbrado a beber. Supongo que muchas cosas pueden suceder en el transcurso de dos años. 

— Conrad: No es la primera noche de verano, mamá.
— Susannah: Oh, sí lo es. El verano no se inicia hasta que nuestros amigos lleguen aquí, 

Dijo Susannah, alargó el brazo cruzando la mesa y tocó mi mano, y también la de Conrad.

Él la apartó de ella, casi por accidente. Susannah no pareció notarlo, pero yo lo hice. Siempre notaba las cosas sobre Conrad.

Jeremiah y Steven empezaron a mirar algo en el teléfono de este último mientras reían.

— Laurel: Steven te lo juro, si miras ese celular una vez más lo pondré en la cesta de las pantallas.
— Susannah: Queremos ver sus hermosos rostros.

Por mi parte estaba en una clase de viaje astral, las 9 personas a mi alrededor se volvían 5 y eran mis chicos... No sabía cuánto los iba a extrañar.

My Best Summer - Conrad Fisher © ✔Where stories live. Discover now