Blue Lock After A Break Up

💖Hyoma Chigiri💖

A veces Chigiri podía ser demasiado quisquilloso y cuando difería contigo en algún detalle, por más mínimo que fuera, no dudaría en llevarte la contraria. A pesar de su apariencia tranquila, era una persona que no daba su brazo a torcer en una discusión y no le importaba caer en polémica. Era normal que los dos discutieran por cualquier tontería y a él le encantaba usar el truco de ”mantenerse calmado" para que pareciera que estaba ganando la discusión.

—A ti te encanta discutir sola, ¿Verdad?—te preguntó mientras observaba las puntas de su cabello con fingido desinterés.

Sabías que por dentro se estaba regocijando porque te estaba haciendo quedar como una loca histérica.

Maldito andrógino hermoso sin masculinidad frágil.

—La verdad es que sí—le concediste, sonriendo forzadamente. El chico te dirigió una mirada de curiosidad—. Y como me encanta discutir sola y los problemas me los creó yo en mi cabeza, no necesito de un estúpido novio para pelear con él.

Chigiri parpadeó con perplejidad.

—¿A qué te refieres?

—A que dejaré de perturbar tu tranquilidad.

Por la expresión de sorpresa en el rostro de Chigiri, supiste que no lo entendió del todo, o tal vez solo no quería dar crédito a lo que había escuchado.

De cualquier manera, estabas segura de que lo entendió a la perfección cuando saliste de su casa hecha una furia.

***

Sin el remilgado quejumbroso de tu novio la vida era mucho más sencilla, sin duda. No podías negar que lo extrañabas, pero estabas más tranquila ahora que no discutías con él por cualquier tontería.

Sentías muchísima paz interior en cada paso que dabas, más aún en ese preciso momento que te encontrabas leyendo tranquilamente junto a la ventana.

Sí, podías vivir sin Chigiri.

—Con permiso—escuchaste la voz de Chigiri cuando entró a la sala del club de literatura.

—Maldita sea—blasfemaste, pasándote una mano por el rostro con exasperación. Los otros miembros del club que estaban presentes te miraron con asombro.

—¿Podemos hablar, T/N?—te preguntó Chigiri, ignorando tu predisposición negativa.

—Preferiría que no, la verdad—le dijiste con acritud.

El ambiente en la sala del club se volvió tan pesado que parecía que hubiesen matado a alguien ahí.

—Yo... Acabo de recordar que tenía que hacer algo—dijo una de las chicas—. ¿Me acompañan?—le preguntó a dos chicas más.

—A mí me está esperando mi novia—se excusó uno de los chicos.

Poco a poco todos se fueron excusando y prácticamente salieron corriendo de la sala, dejándote a solas con Chigiri.

—Traicionada por mi propio pueblo.

—Deja de leer tantos libros de fantasía. Eres la presidenta del club, no una reina—se burló Chigiri.

Se acercó a ti y te despeinó el cabello con la mano sin mucha delicadeza. Le dirigiste una mala mirada mientras jalaba una silla para poder sentarse frente a ti.

—Parece que no me extrañas—te acusó, luciendo un poco triste. Tú te reíste con ironía.

—A ti sí, seguro—admitiste. Los ojos del chico lucieron más esperanzados—. Lo que no extraño es "discutir sola". Parece que alejarme de ti curó mi esquizofrenia.

Chigiri bajó la vista y se mordió el labio, avergonzado.

—Lo siento, me excedí—se disculpó con pesar.

—¿Te excediste? Creo que te quedas algo corto—le dijiste, poniendo los ojos en blanco.

Chigiri se llevó las manos al rostro y suspiró con exasperación.

—Está bien, de acuerdo. Fui un idiota, ¿Contenta?—te dijo, al fin viéndote.

Te le quedaste viendo sin ninguna expresión en el rostro antes de contestarle. Luego soltaste un suspiro y negaste con la cabeza.

—¿Cómo podría estarlo cuando el chico al que amo me llamó loca en mi cara?

—Esa no era mi intención, T/N—negó Chigiri—. Yo solo... Me gustaba molestarte, pero creo que se me pasó un poco la mano. Lo siento.

—¿Te gustaba ocasionarme estrés?—le preguntaste, sonriendo sin ganas.

Chigiri se te quedó viendo con sorpresa. Probablemente no pensaba que sus discusiones sin sentido te daban tantos dolores de cabeza.

—No, por supuesto que no—negó, levantándose de su silla. Se puso de cuclillas frente a ti y te tomó de las manos—. Es solo que yo—comenzó a decir, pero se detuvo de repente.

Le echaste un vistazo, extrañada. Te diste cuenta de que se había sonrojado un poco y tenía la mandíbula tensa.

—¿Es solo que tú qué?—le insististe. El chico escondió el rostro en tu regazo y murmuró algo ininteligible—. Hyoma, no hablo marciano.

Chigiri profirió un gruñido antes de alzar la vista, como si estuviese reuniendo fuerzas. Podrías jurar que su rostro estaba solo un tono más bajo que su cabello.

—Es que me gusta molestarte a propósito porque te ves muy linda cuando estás enojada.

Tardaste un momento en procesar lo que el chico acababa de decir, pero luego te quedaste de piedra.

—¿T/N?—te llamó, sacándote de tu trance.

—Hyoma, eres un idiota—lo insultaste, liberando una de tus manos para jalarle el cabello.

El chico profirió un quejido y se llevó una mano a la cabeza, adolorido.

—Ya lo sé, lo siento—se disculpó por tercera vez, mirándote con arrepentimiento.

Te rodeó la cintura con los brazos y ocultó su rostro nuevamente en tu regazo. Suspiraste como si aquel chico no tuviera remedio, pero luego sonreíste para ti misma y comenzaste a acariciarle el cabello.

—¿Entonces solo dijiste que Draco era un mal personaje para molestarme?

—No, lo dije porque es cierto.

Adivinando tus intenciones, Chigiri te sujetó de las muñecas para que no volvieras a jalarle el cabello. Sin soltarte, se pusó de pie y se inclinó para que su rostro quedara a la altura del tuyo, haciendo que te sonrojaras.

—Además, me cae mal. La última vez que discutimos lo estabas defendiendo, así que técnicamente me terminaste por él.

Luego de soltar ese reproche, Chigiri acortó la poca distancia que quedaba entre ustedes y te besó. Al ver que no ponías resistencia, te soltó las muñecas para acariciarte el rostro y tú no dudaste en rodearle el cuello con los brazos.

Algo te decía que seguirían discutiendo cada vez que Chigiri se pusiera celoso por tus crushes literarios.