👓Kenyu Yukimiya👓 (+18)

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Advertencia: Sexo con protección, consentido.

¿Qué diablos estabas haciendo en la casa de un futbolista luego de haberlo conocido en una fiesta? Ese no era tu estilo. Parecías una de esas chicas que aparecían envueltas en crímenes en las series policiacas.

Pero cuando ese chico tan amable, que ni siquiera se comportaba como alguien famoso, te invitó a su casa aceptaste casi por inercia.

Bueno, igual no tenía nada de malo tener sexo con él, ¿Verdad? Era bastante guapo.

—¿Quieres ver una película? Tengo un Home Cinema—te invitó con amabilidad.

De acuerdo, las cosas no estaban tomando el curso que tú esperabas.

Te había llevado a su casa luego de conocerte en una fiesta. ¿Por qué se estaba comportando como si estuviesen en una cita?

Tal vez como era muy amable no quería hacer parecer que solo quería tener sexo contigo. Quería disimular y hacerlo parecer algo espontáneo.

Que tontería.

—La verdad no soy mucho de ver películas—le explicaste, caminando hacia él.

Obviamente pareció sorprendido. A todo el mundo le gustaban las películas, los gustos solo diferían respecto a los géneros.

—Ah, ya veo. ¿Qué hay de las series?—te preguntó, sonriente.

Te paraste frente a él y tomaste el cuello de su camisa para tirar de él y estamparle un beso en los labios.

Cuando rompiste el beso pudiste ver su expresión de sorpresa acompañada de un inmenso sonrojo.

—De acuerdo, creo que también me gusta más esto—admitió el chico, sonriendo con timidez.

Le devolviste la sonrisa y lo besaste de nuevo.

—¿Dónde está tu cuarto?—le preguntaste, completamente ansiosa.

—Arriba—te contestó él con voz trémula.

Le sonreíste y tomaste su mano para dirigirte a las escaleras de caracol que daban a la planta superior. Se dejó llevar como un perrito obediente.

Entre besos, risas tontas y varias arrinconadas de tu parte en la pared del pasillo, finalmente llegaron a la que era su habitación.

Lo empujaste hacia la cama de inmediato, haciendo que se tumbara en esta. Te despojaste de tu vestido y tu ropa interior ante la mirada embelesada de el chico, para luego ponerte a horcajadas encima de él. Se te escapó una risita cuando sentiste una dureza colisionar con tu intimidad.

—¿Estás excitado tan rápido?—te burlaste, acariciando su erección por encima de su ropa.

El chico tragó saliva con nerviosismo.

—Es que eres muy sexy—se explicó.

Abriste los ojos con sorpresa.

Por Dios, si él debía de haber estado con mujeres diez veces más bellas que tú.

De seguro simplemente era demasiado caliente y te estaba diciendo eso para adularte.

Blue Lock After A Break UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora