23. Nuestro secreto

11.5K 1.2K 297
                                    


Regresé a la cocina junto a Liam a los pocos segundos de recibir el mensaje de Alex

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Regresé a la cocina junto a Liam a los pocos segundos de recibir el mensaje de Alex. Ya había terminado de preparar las pizzas y estaba metiendo la primera al horno. Giró una pequeña ruleta y un suave sonido de tic tac inundó la cocina.

—Les puse orégano, espero que te guste —comentó al volverse hacia mí.

¿Qué sería de una pizza sin orégano? Recuerdo que a mi madre le disgustaba, siempre decía que en la pizzería echaban demasiado, sobretodo a la de queso. Pero también me dejaba pedir esa porque sabía que me encantaba.

Echaba de menos comer pizza con queso y orégano en la mesa de la cocina de nuestra antigua casa. Papá la había alquilado a una familia con niños pequeños.

Observé cómo Liam llevaba los ingredientes que no había utilizado de vuelta a la nevera y después se quedaba observando un rato largo.

—¿Te apetece algo de beber? Leah hizo limonada antes.

Me encogí de hombros porque sabía que me iría en breves, pero él lo tomó como un sí. Sacó dos vasos de una alacena y los llevó a la mesa. Después acercó la jarra de limonada y nos sentamos mientras servía la bebida.

—Entonces... ¿te encargas de la cena todas las noches? —Pregunté para entablar algo de conversación mientras esperaba a que llegase Alex.

Di un sorbo a la limonada. Estaba bastante rica, con el punto exacto de azúcar.

—Algunas veces la prepara Leah. A Laia no la dejamos porque es todavía muy pequeña. Además, hace unos meses trató de preparar magdalenas y casi provoca un incendio. Todavía no hemos conseguido quitar los trozos de masa quemada del fondo del horno.

Sacudió la cabeza mientras se reía al recordar el momento. Podías apreciar como el cariño que le tenía a sus hermanas con solo escucharle hablar de ellas.

—Siempre quise un hermano —confesé pensativa—. Pero mis padres dijeron que con una tenían suficiente.

—Bueno, ahora tienes a Alex.

Eh... No me refería a ese clase de hermanastro exactamente.

Mejor cambiar de tema.

—¿Qué harás el año que viene? ¿Irás a la universidad de la ciudad para seguir con tu familia?

Me parecía lo más lógico. Mi amiga Olivia también quería estudiar aquí para estar cerca de su tía. Sin embargo, Liam sacudió la cabeza.

—No iré a la universidad. Me han ofrecido un puesto superior en la tienda donde trabajo antes de las clases haciendo carga y descarga y creo que aceptaré.

—Pero... ¿no querías ser abogado?

Lo dije sin pensar, porque me sorprendió escuchar que lo tuviese tan claro. Ni siquiera parecía intentarlo.

Un Perfecto DesastreWhere stories live. Discover now