Capítulo dieciocho.

3 0 0
                                    

Harry estaba sentado con los pies en su escritorio, su chaqueta colgaba del respaldo de su asiento mientras comía su caja de comida china. Chupó un fideo entre sus labios y los chasqueó después, masticaba mientras escuchaba a Oriana divagar sobre algo que estaba medio escuchando, medio tratando de meterse trozos de pollo en la boca.

Eran alrededor de las seis y media, y debido al clima de invierno la ciudad ya estaba oscura y estaban cenando temprano antes de que Harry tuviera una importante llamada de negocios y ella tuviera que irse al cumpleaños de su amiga en un bar. De cualquier manera, tenían una hora juntos y querían comer comida china. Toda la oficina prácticamente estaba vacía debido a la hora que era. La única razón por la que estaban ahí era porque Harry tenía que atender una llamada tarde por la diferencia horaria que tenía Gran Bretaña. Era tedioso y quería irse con ella, pero tenía que atender la llamada con su papá sobre sus acciones.

Oriana golpeó sus uñas contra el borde de su tenedor y observó los labios regordetes de su novio masticar su comida. Sus pies estaban uno sobre el otro y su computadora estaba debajo de sus espinillas. La hermosa vista de la ciudad estaba iluminada detrás de él fuera del vidrio, cientos de colores colgaban como linternas. Ella sonrió para sí misma, teniendo un momento tranquilo para recomponerse y estar sentada. —Estoy pensando en cambiarme de departamento en el trabajo.

—¿Sí? —Harry tragó su comida, mirándola una vez para sonreír para que continúe.

Oriana asintió para sí misma. —Sí. No sé.

—¿No sabes?

—A veces siento que estoy desperdiciando mi vida, ¿sabes? —trató de explicarse a sí misma, aunque salió mal, así que no se atrevió a mirarlo, quería evitar el momento de incomodidad. —Me refiero a que lo que hago no es lo que quería hacer. Amo mi trabajo. Pero quiero aplicar mis habilidades de diseño a mi carrera.

—Ere comercializadora de moda, ¿no? —lo comprobó, apuntándola con el tenedor. —¿Encontraste diseños para líneas de ropa?

—Sí. —asintió. —Pero una parte de mí quiere estar en el lado del diseño.

—¿Qué tipo de ropa diseñas? ¿O quieres?

—Bueno, todo, la verdad. —balanceó sus piernas sobre el borde de su silla alta. —Me gustan los vestidos, más bien los vestidos y me gustan los trajes. Ropa de noche, ya sabes.

—Muy bien. —sonrió. —Yo me lo pondría.

—Sí, espera hasta verlo primero. —se burló. —Pueden ser una mierda.

—Lo dudo, amor. —le hizo un gesto con la mano. —Deberías hacer algunos diseños. Ve a una entrevista.

—Aunque es un poco como la música. —habló con timidez. —Es una industria difícil de ingresar. La ropa popular es popular por una razón.

—Sí, pero nunca se sabe hasta que lo hagas. —le dijo de manera tranquilizadora. —Creo que tienes lo que se necesita.

—Tienes razón. —asintió, suspirando con nervios al pensarlo. —Lo pensaré.

—Siempre podría usarlo. —bromeó, aunque de alguna manera así es. —Después de todo, soy de la realeza de la moda.

—Cállate. —bromeó, aunque de alguna manera era verdad.—¿De verdad escoges tu ropa?

—Algunas veces. —admitió. —Tengo un compradora personal. Solía venir de compras conmigo, pero hace tiempo que no la necesito.

—¿Te ayudó a elegir lo que se te ve mejor?

—Sí. —terminó su comida, dejando el tenedor. —Ahora tengo mi propio estilista personal. Ya no la necesito. —bromeó y Oriana sonrió.

—Sería un honor elegir un traje para usted.

A Favor (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora