➳Luego de que su esposa le pidiera el divorcio y conociera a cierto chico en el gimnasio de su mejor amigo después de ir a liberar sus frustraciones, Sunghoon se da cuenta que quizás no es tan heterosexual como pensaba.
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Los pasos se apresuraban de un lado a otro resonando contra la lujosa cerámica del ostentoso lugar, los personas gritaban de aquí y allá presos de los nervios al saber que cada día se acercaban a la fecha de entrega para la nueva edición de otoño, y antes de ser enviada, debían mostrarles el borrador a su estoico y redactor en jefe.
Park Sunghoon.
Un hombre de gran altura y porte que estaba cerca de los treinta, escandalosamente guapo de cabello azabache peinado perfectamente con ese traje elegante que hacía lucir su atractiva y sugestiva figura. Sus ojos oscuros como la noche, con una nariz recta y unos labios voluminosos y rosados, pero lo que mas resaltaba en su agraciado rostro era los pequeños lunares que salpicaban su piel como constelaciones. Sus hombros anchos y un torso lo suficientemente fornido para que la tela remarque unos interesantes abdominales, y unos poderosos bíceps.
Sunghoon se mantuvo los últimos dos meses encerrado en su oficina estableciendo el nuevo calendario editorial hasta que su equipo le entregue el borrador del nuevo plan de desarrollo que estaban trabajando, podía sentir sus dedos picar de todo el estrés que estaba acumulando. Solo ha pasado un año desde que fue escogido para ser el nuevo editor en jefe de la editorial y todo el trabajo ha sido multiplicado por diez con la nueva colección de está temporada que estaba a punto de salir.
Soltó un pesado suspiro apoyando su espalda en su cómodo sillón, se froto los ojos y miro la hora en el reloj.
Estaba a casi nada de ser media noche y el seguía en su oficina con una montaña de papeles, que parecían nunca iban a terminar. Formo una sonrisa cansada cuando su mirada oscura como la noche se poso en el objeto que estaba a lado de su portátil.
Una foto de él y Wonyoung abrazados durante su luna de miel.
Sunghoon extrañaba a su esposa, llevaban dos años de casados después de que él se lo propusiera cuando cumplieron tres años de noviazgo. Sin embargo con el exceso de trabajo durante el último año casi ni ha podido verla, salía cerca de las tres de la mañana, e iba directo a la cama, y tenía que levantarse nuevamente a las seis de la mañana para empezar su rutina de trabajo.
Ni siquiera ha podido tocarla en los últimos meses por su labor como editor en jefe, y su frustración sexual estaba en números rojos, podía notar como se irritaba fácilmente cada vez que sentía el molesto zumbido acalorado en su abdomen.
Pero a pesar de que ansiaba poder pasar un momento intimo con Wonyoung, sabía que no podía hacerlo porque cuando llegaba, ya era a altas horas de la noche y su esposa ya se encontraba en un profundo sueño.
Esa era la rutina que llevaba viviendo durante el último año.
No obstante, esta noche fue diferente.
Había acabado de firmar unos papeles casi a media noche, con el cansancio entumeciendo su cuerpo, llego al lobby de su casa aflojándose la incomoda corbata negra que parecía una cuerda alrededor de su cuello, apresándolo durante todo el día. Sus pies pararon abruptamente al notar la delgada silueta de su esposa sentada con su pijama en el carísimo sillón escarlata.
