➳Luego de que su esposa le pidiera el divorcio y conociera a cierto chico en el gimnasio de su mejor amigo después de ir a liberar sus frustraciones, Sunghoon se da cuenta que quizás no es tan heterosexual como pensaba.
»»----- ♡ -----««
♡Grupo...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Se supone que había decidido que el daría el primer paso y se confesaría a Sunghoon.
Pero aquí esta. Caminando de un lado a otro en su habitación sin saber como abordar el tema de sus sentimientos. ¿Lo peor? Que ni siquiera sabe como lograr obtener la atención del mayor sin que sea el en pequeñas prendas o completamente desnudo.
Por un momento, quiso preguntarle a Sunghoon sobre el porque se muestra tan reacio a su cumpleaños, pero, ni siquiera se atrevió al ver sus oscuros ojos tan vacíos y melancólicos. A pesar de que se abstuvo a indagar un poco referente a ese tema, aun tenía esa pequeña picazón en sus manos de obsequiarle cualquier presente a Sunghoon.
―¿Sigues con eso?
Sunoo se sobresaltó al escuchar la voz de Jungwon. Se giró y observo a su mejor amigo mirarlo con una ceja arqueada.
―¡Es que debo obsequiarle algo! ― chillo revolviéndose algunos mechones.
―Sabes que no es necesario, Sunghoon ya te dio entender que para él, tu presencia es suficiente. ― dijo mirándolo seriamente con sus gatunos ojos ―Y eso también― señalo la imperceptible mancha purpura que se asomaba tímidamente por el abrigo cuello alto del pelirrojo.
Las mejillas de Sunoo explotaron.
―¡Eso no cuenta!
La vergüenza era lo ultimo que necesitaba en su sistema, su cerebro estaba a punto de fundirse por pensar en tanto y su mejor amigo no colaboraba. Por mucho que Sunghoon le haya repetido que no era necesario un presente por un fecha cualquiera, el pelirrojo sabía que no era así. En el fondo de su cabeza, una vocecita le decía que era imprescindible que él le ofrezca un pequeño detalle, algo que sea suficiente para que sus orbes oscuros dejen de asemejarse al café amargo y sin azúcar que bebe cada día, y más al chocolate cremoso que Sunoo disfruta cada mañana.
Ese chocolate dulce y cálido que lo llena de energía y felicidad.
Mientras su mente se perdía en el exquisito aroma y sabor de su chocolate matutino, sus ojos miel se desviaron hacia ciertos objetos al otro lado de la habitación que enseguida captaron su atención.
―Jungwonie... ― llamo al castaño.
Su mejor amigo miró a Sunoo quién señalaba algo que sus ojos observaban con una intensa llama de ahínco.
―Probablemente sea la idea más loca que he tenido, ¿pero crees que le guste si lo hago?
―Definitivamente si, pero, ¿crees que puedas hacerlo? Nunca has hecho algo así.
―Correré el riesgo. Con esfuerzo y dedicación puedo lograrlo.
Jungwon vio como Sunoo mantenía sus ojos fijos en tales objetos como si fuera la respuesta a todas las inquietudes del universo. Por mucho que intente persuadir a su amigo de lo contrario, sabe lo terco que es, y cuando algo se mete en su cabeza, no hay ser ni fuerza en la tierra que pueda hacerle cambiar de idea.
