Estamos a 17 de Destanso, y sé que cada vez son más raras mis entradas en este diario, que cada vez son más cortas. Llevo unas cuantas semanas de viaje... O más bien de huída, y por ello no he sido capaz de poder narrar el encuentro con mi padre.

Debo ser sincero, tampoco es que me apetezca. Como no me apetecía hablarle de lo ramera que era su mujer, y por suerte o por desgracia, me libre de aquel tema de conversación. Helena se le adelantó explicándole la situación a mi padre y acusándome a mí de violación.

Daba igual lo mucho que negara los hechos, como ya había predicho, mi padre me expulsó de casa sin pedir explicaciones. Y me denunció a las milicias Trant. Él o su mujer, ya no estoy muy seguro, pero me da igual.

Me buscan unas milicias que ya han manchado sus manos con sangre, y que no dudarán volver a hacerlo por un hombre que supuestamente ha deshonrado a uno de sus mandos más altos. Las acusaciones eran muy graves contra mí, y en los periódicos menos radicales se me exigían 25 años de cárcel.

La manipulación de la verdad, el uso quese le da a los periódicos para que aquellos que saben leer sean manipulados de tal forma... Es simolemente nauseabundo. Pero prometí no volverme en política. Es así como hoy me refugió en aldeas de gente que no sabe leer, en pueblos de GEN-. La despedida con Rove ha sido especialmente dolorosa, pero no podía obligarla a partir conmigo. Nunca olvidaré su melena pelirroja Y rizada, sus ojos tan verdes, que ni siquiera puede competir con el Ojo Esmeralda del Dios Sealer. Ella era la verdadera diosa. Ella era el ejemplo a seguir.

De hecho es en su honor que allá por donde voy me hago llamar Jerván. Con ese nombre puedo pasar más o menos desapercibido. He aprendido que en la antigua lengua de.los GEN- este nombre significa "El genio". Ojalá estar realmente a la altura de lo que Rove pensaba de mí.

Aunque nadie se haya enterado de mis supuestos crímenes, nadie me quiere acoger en su casa. Parece que mi cara es demasiado perfecta para poder ser otro ciudadano más. Y por eso vengo hoy a este diario, tras una larga semana. He decidido demacrarme la cara, hacérmela menos perfecta, para poder disimularme más, puesto que si por algún casual tuviese la misfortuna de caer con una patrulla de las milicias Trant, no iba a tener ninguna opción de que no me remarcaran y, de paso, me masacraran.

Escrito por Buffon, Mootah y Mer

El Hipólito modernoWhere stories live. Discover now