58.

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Nina povs


—¿Qué mierda pasa con vos?— le pregunté a Matías después de caer a su lado.

—Dijiste que esto no era divertido para mí, ahora lo es— rasco su cuello apartando su vista de mi.

—Bueno. Solo por eso, ya no te voy a enseñar— respondí levantándome del piso—. Alcánzame si podés— sonreí y empecé a alejarme de él..

Dirigí mi vista hacia atrás y él ni siquiera estaba siguiéndome. Se encontraba todavía en el piso y su mirada estaba sería o tal vez apagada;  solo me veia alejarme.

—¡¿No venís?!

Él formó una pequeña sonrisa en sus labios y asintió con la cabeza.






[...]






Después de un par de horas nos encontrábamos saliendo del lugar. Caminamos hasta donde estaba el auto de Vicent y subimos a el.

Como era de esperarse, Vicent manejaba, mientras que matias y yo íbamos sentados en la parte de atrás.

Su casa era la que estaba un poco más cerca, entonces sería el primero que Vicent pasará a dejar.







[...]







En el camino, Matías estaba bastante callado. Vicent y yo hablábamos y él solo asentía con la cabeza o decía un par de palabras sin dirigir su mirada hacia nosotros.

Era extraño pero ya estaba así desde antes de salir del lugar.

No quería entrometerme en lo que sea que le pasaba; no porque no me importará, sino porque no quería obligarlo a hablar de algo que tal vez él no quería.

Dirigí mi vista hacia él frente y Vicent estaba observándome por el espejo. Inclino su cabeza señalando a Matías, como forma de decirme que hablara con él.

Negué sutilmente con la cabeza y dirigí mi vista hacia la ventana del auto.

Pasaron unos seundo y regrese mi vista hacia el frente. Vicent todavía me estaba mirando. Cerré los ojos de golpe, cediendo a su petición. Incline mi cabeza hacia Matías para poder hablarle.

—¿Pasa algo?— pregunte en tono bajo.

Él dejó de ver por la ventana y giro su cabeza en dirección a mi.

—Ah... no, no pasa nada— sonrió negando levemente con la cabeza.

—Claro que si, estás raro desde que estábamos patinando, ¿Fue porque ya no quise enseñarte o algo así?

—No— río levemente—. Solo... estoy cansado, eso es todo.

—No me parece que sea todo. Sabes que podés decirme lo que sea.

—Enserio, estoy bien. Y... siempre fui raro, así que no tenés nada de que preocuparte.

—Sabes a lo que me refiero— empecé a reír—. Hablo de que... generalmente siempre estás muy feliz, insistente en hacerme salir de mi casa para que me divierta y lo conseguís. A pesar de que el patijane no es lo tuyo, la estábamos pasando bien, ¿Qué pasó después?

Feelings (Valentín Barco)✓Where stories live. Discover now