Pequeño buñuelo(Cap 6)

800 60 0
                                    

Mi día laboral había terminado, fue un día bastante agotador gracias a que mi jefe me había ordenado hacer el trabajo de mi compañero y el mío. Siendo sincero, siempre fui el favorito de Simone, no éramos amigos, pero siempre decía que yo conseguía los mejores clientes, y tenía razón. Lastimosamente, mi relación con el cambió cuando mi trato con Elizabeth empezó.

Tomé mis cosas y me dirigí hacia la oficina de Elizabeth pretendiendo salir de mi trabajo ya que había cumplido las ocho horas.

-Beth, ¿necesitas que te lleve a tu casa? - Pregunté.

-No te preocupes Evan, iré caminando. - Respondió cortante. Sabía que aún seguía molesta por lo de la noche anterior.

- ¿Comiste el helado? - Ella asintió sin mirarme- ¿Cómo se tomaron la noticia tus padres?

-Bastante bien por suerte. -Respondió distante.

-He pensado que sería bueno que vengas a cenar conmigo y mi madre esta noche, ya sabes, para decirle. No quiero que se entere por tu madre en el supermercado- Reí nerviosamente

-No sé si pueda Evan. –Contestó aún sin mirarme a los ojos.

-Siento interrumpir, pero ... ¿Terminaste lo que te pedí Evan? - Preguntó Simone entrando a la oficina.

- No, aún no.-  Contesté.

-Y entonces ¿por qué parece como si te estuvieras yendo ?

-No parece, lo haré. -Contesté desafiante.-Ya he cumplido con mis ocho horas, no he  pedido con anticipación quedarme horas extras, así que mañana seguiré.

-Las listas con los posibles clientes lo quiero para hoy, no para mañana. -Respondió con el tono elevado. –Lo quiero para hoy Evan  ¿entendiste ? - Asentí. Aunque moría de ganas de escupirle la cara por lo idiota que se había comportado. Sé que las planillas no le interesaban, solo quería joderme. –Tú si puedes irte Elizabeth.

- Gracias, pero me quedaré a ayudar a Evan. – Beth le sonrió falsamente para luego volver a mirarme. –Cariño, dile a tu madre que llegaremos tarde a cenar. – Sonreí al verle en su cara esa sonrisa maliciosa que se le formaba cuando sabía que jodía a alguien. Busqué mi celular entre mis cosas y le envié un mensaje a mi madre avisándole. –Bueno, ya todo está arreglado. Puedes irte tranquilo Simone, nosotros cerraremos luego. –El la miró enfurecido y cerró la puerta. – Que tipo idiota ¿verdad?

-Pensé que nos llevábamos bien- Contesté haciendo puchero. – Creo que ahora me detesta.

-Bienvenido al club-Respondió.

- ¿Te ha dicho algo? -Pregunté.

-No, solo no se cree lo nuestro y de que él bebe sea tuyo.

- ¿Eso no es un problema?

-Para nada, si quisiese podría pedir un ADN. Pero no lo ha hecho. ¿Sabes por qué? –Negué con mi cabeza. – Porque no le interesa saber. Le bastó con la respuesta que le di y eso es todo.

- No lo sé, se ve bastante molesto. –Suspiré. –Perdón por lo de la otra noche, no quería comportarme como un idiota.

-No te preocupes, ya pasó. ¿Sabes que mis padres te adoran? Están felices de que tú seas el padre. – Agachó su cabeza mirando al suelo. – Me siento tan mal por mentirles, pero no quiero que se decepcionen de mí.

- Tus padres realmente son muy buenos, jamás estarían decepcionados de ti Elizabeth. –Respondí. – Además, no estás sola en esto. Yo también le mentiré a mi madre acerca de que voy a tener un hijo. ¿Sabes lo mal que me siento mintiéndole a mi madre que está a punto de morir?

- ¿Y por qué lo haces? - Preguntó.

- Porque quiero que mi madre se vaya de aquí sabiendo que no me convertiré en mi padre. Que tendré la familia que siempre hemos querido, aunque eso sea mentira, quiero que ella se vaya en paz sabiendo eso.

-Tendrás la familia que deseas Evan, te lo puedo asegurar. –Respondió. No se a qué se refería Elizabeth con tener la familia que deseo.  ¿A caso se refería a ella y su bebe? Se levantó de su escritorio descolocándome de mis pensamientos  y buscó en su biblioteca una carpeta. –Ten, agárrala. Es la lista que Simone quiere que hagas, la hice hace unos meses yo, pero nunca se la entregué.

-Gracias, me has salvado.

-Como siempre Peters. –Contestó riéndose- Vámonos de aquí, ya quiero cenar.

Cuando llegué a la casa junto a Beth estaba nervioso. No se como se tomaría mi madre todo esto del bebe y que estuviera en pareja. 

-¡Elizabeth! Qué alegría verte. – Dijo  mi madre entrando a la sala. Noté los ojos de Beth abrirse como platos cuando vio a mi madre. Su madre y la mía se conocían porque nos llevaban al  mismo Kinder. No íbamos a la misma sala pero hacíamos el mismo recorrido siempre juntos con nuestras madres. Allí  mi madre se hizo conocida de la madre de Beth y entablaron esas típicas relaciones que cuando te la cruzas en el super no puedes evitar ponerte al día. El problema de esto fue que Beth no iba nunca al supermercado, y no veía a mi mama hace años, a eso sumemos que mi madre ha sido consumida por el cáncer y de lo que recuerda Beth de ella, lastimosamente no queda nada. 

La alegría que caracteriza a mi madre ya no estaba, había sido cambiada por un completo fastidio por sus dolores. De su  admirable libertad tampoco quedaba nada, ahora dependía de mi completamente y eso le dolía. 

- Julie, lo mismo digo. ¿Cómo has estado? -Preguntó mientras la ayudaba a sentarse. 

- Fatal niña, pero desde que Evan me ha dicho que venía una mujer a cenar te juro que me he puesto de 10 puntos –Dijo riéndose- Creí que me iba a morir sin ver a mi niño en pareja. Hasta pensé que era gay.

- ¡Julie! – Contestó Beth. 

- ¿Qué está diciendo esa señora? -Pregunté mientras ponía los cubiertos en la mesa. 

-Tranquilo, no ha dicho nada. – Contesté riéndose. Tome la bandeja con carne de la cocina y la traje a la mesa.

-Bueno mamá, ahora que estamos los tres juntos he querido decirte algo junto a Beth. - Dije tomando su mano. - Elizabeth está embarazada. –Beth me miro seriamente. ¡Qué idiota! debí decir algo como "vamos a ser padres"

-¡Felicidades hermosa! Y dime... ¿Quién es el afortunado padre? - Su  jefe, que se está por casar, pensé.

-Pues yo mamá. -Respondí.

- ¡Pero si tu ni tienes relaciones sexuales hijo! – Contestó a modo de broma. – Es que, no me lo puedo creer, esto es un regalo de la vida cariño. ¿De cuánto estás niña? - Preguntó

-3 meses. Esta es la ecografía- Dijo sacando de su cartera, la pequeña imagen.

- ¿Ese  pequeño buñuelo es él bebe? - Beth asintió.

-Aquí están sus piernitas y aquí sus manitas-Contestó mientras señalaba  las partes.

- ¿Tu qué crees que sea? –Preguntó mirándome. – Yo creo que será niño.

- ¿Y eso como lo sabes? - Pregunté.

-Presentimiento de abuela. –Contestó pícaramente. – No quiero entrometerme en sus asuntos niños, pero ¿Dónde vivirán? Pues tengo entendido que Beth aún vive con sus padres. 

-Sí, así es. Es por eso que Beth se mudará a mi casa, aquí al lado y yo seguiré viviendo contigo para ayudarte. -Respondí.

-Pero cariño, cómo vivirás conmigo si estás formando tú familia. Vivan ustedes aquí al lado, no me pasará nada, estaremos cerca.

-Julie, no es problema. Es un tema ya hablado con Evan. Yo me quedaré en la otra casa y ustedes aquí para mejor comodidad. –Contestó Elizabeth mientras sostenía la mano de mi madre. 

-Evan no se equivocó contigo cariño, eres muy buena-Respondió. Beth le ha dado la seguridad que mi madre necesitaba, ella necesitaba mi ayuda pero no quería pedirlo.

Tenemos un trato. //  Evan Peters //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora