Pequeños actos de bondad

Capítulo 1 : Dar regalos

Izuku se sentó en clase, en silencio mientras escribía ociosamente notas sobre las peculiaridades de sus compañeros de clase. Su maestro estaba actualmente durmiendo, luciendo muerto para el mundo. Escuchó a Iida quejarse del comportamiento impropio de su maestra. Escuché a los otros estudiantes hablar mal de él. Frunció el ceño para sí mismo, incómodo por cómo parecían pensar tan poco en Aizawa-sensei. De Eraserhead.

Era un héroe profesional, salvó la vida de cientos de personas, todo mientras se mantenía fuera del centro de atención. ¿No sabían que trabajaba de noche? ¿Esa última noche había luchado y corrido por la ciudad, impidiendo que los matones lastimaran a inocentes? No era de extrañar que eligiera dormir mientras era el período de clases; la maestra no había podido dormir nada la noche anterior.

Izuku continuó escribiendo sus notas, desglosando las peculiaridades de los que estaban en su salón de clases. No podía decidirse acerca de su maestro de salón. El hombre era aterrador, estricto y amenazante, pero... era diferente a sus maestros anteriores. Después de todo, Aizawa-sensei había amenazado a todos, no solo a él. Sonó el timbre y Aizawa se levantó, en cuestión de segundos el saco de dormir estaba escondido y el hombre salía y Mic-sensei entró. Izuku vio que sus labios se movían levemente, un rápido intercambio de palabras que no pudo entender.

Mic-sensei los saludó, con una brillante sonrisa en su rostro antes de comenzar con su trabajo de clase. Aprendiendo ingles. Izuku sacó un cuaderno diferente y tomó notas sobre la lección. Pero, a lo largo de la lección, no pudo evitar hacer un seguimiento de dónde estaba Mic-sensei. Un hábito de sus lecciones con su anterior profesor de inglés.

Izuku se estremeció, alejando los recuerdos que amenazaban con abrumarlo. Tratando de concentrarme en la prueba de evaluación que el maestro me había dado.

Y así transcurrieron el resto de las clases diarias. Izuku se fue a casa y se ejercitó, continuando con el horario que All Might había establecido para él. Planeando cuidadosamente qué regalar a cada uno de sus maestros.

Al día siguiente llegó a clase un minuto antes de que sonara el timbre, ganándose una mirada de reproche de Iida. Aizawa-sensei se sentó en el escritorio luciendo menos cansado que ayer, pero aún tenía bolsas debajo de los ojos. Izuku dudó por un momento antes de caminar hacia el escritorio, el hombre lo miró cansado, "B-buenos días Sensei", murmuró Izuku, nervioso mientras le tendía su regalo. Un termo lleno de café.

Aizawa levantó una ceja, pero la aceptó con un breve asentimiento, "Buenos días a ti también, Midoriya".

Izuku sonrió y se dirigió a su asiento. Se mordió la mejilla cuando sus ojos se encontraron con Kacchan, que lo miraba con enojo, todavía enojado porque el estúpido e inútil Deku había logrado entrar. Y que Izuku ahora tenía una peculiaridad.

"La mascota de los profesores", siseó Kacchan al pasar.

Se moría por sacar su cuaderno y empezar a escribir, para escapar de esos ojos rojos enojados. Prometieron dolor. Después de tomar asiento, miró y vio a Aizawa sorbiendo el café, su labio se curvó en una pequeña sonrisa apenas perceptible. Izuku contó eso como una victoria. Puede que sea el favorito de un maestro, pero era la única forma de lograr que los maestros al menos lo ignoraran, para calificarlo de manera justa.

Soborno. Kacchan le había dicho una vez. Izuku supuso que lo era, pero sin él, estaría reprobando clases, todo porque a los maestros no les gustaba que un niño sin peculiaridades fuera decente para obtener las respuestas correctas. Lo vieron como menos que humano, pero debido a que era tan amable, tan servicial, se sintieron culpables por menospreciarlo a propósito.

Siempre que le diera un trato justo, Izuku lo consideró una victoria. Si no aceptaban sus regalos... ¿serían como su antiguo profesor de inglés y querrían un regalo diferente? Izuku no estaba seguro de poder hacerlo si ese fuera el caso.