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El viaje en avión fue agradable aparte del desfase horario. Viajar en primera clase ciertamente vale la pena una vez que sube un bebé a bordo.
Aterricé en Ohio hace aproximadamente una hora y ahora tengo que quedarme en una casa porque no tengo idea de cuánto tiempo llevará esto. Ya alquilé un lugar la noche anterior. Era una linda casa apartada de dos pisos similar a la que tenía en Woodsboro. Encontré un taxi que me llevara a la dirección sin querer pasar otro momento despierta con mi equipaje. El viaje fue pintoresco y tranquilo, no mucha gente vivía en esta área, lo cual es absolutamente maravilloso. Después de unos 30 minutos de conducir por el bosque, nos detenemos frente a la casa.
Naturalmente, todo el lugar estaba rodeado de árboles que lo ocultaban del mundo exterior. Fue construido con madera oscura lisa acentuada con pintura negra y verde que recubre la puerta y las ventanas. Una cascada cubierta de musgo desembocaba en un gran lago al costado de la casa.
Sonrío sabiendo cuánto me va a encantar pasar tiempo aquí.
Me giro hacia el conductor haciéndolo arquear una ceja. "Si pones mis cosas adentro y me llevas a mi próximo destino, te pagaré el triple". Los ojos azules helados del hombre se abren como platos y su tupido bigote se curva hacia arriba en una sonrisa. Él asiente con entusiasmo.
Ofrezco una pequeña sonrisa y salté del coche y recuperé mis maletas de la cajuela. Hice rodar las dos maletas por el pasillo y las puse frente a la puerta antes de sacar las llaves. Metí las llaves adentro y abrí la puerta. Dejé mi equipaje junto a la puerta interior y salgo cerrando la puerta, vuelvo al taxi y le informo de mi próximo destino.
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Según el conductor, estábamos a 15 minutos y no pude evitar rebotar la pierna. Era más fácil enumerar las cosas que no me preocupaban que la alternativa.
¿Cuánto sabe?
¿Se puso en contacto con Billy y Stu también?
¿Él sabe de París...?
Sacudo la cabeza ligeramente tratando de expulsar los pensamientos, pero sin éxito. Odio sentirme ansiosa, nunca estoy ansiosa. Probablemente estoy estresada por un fanboy obsesionado con demasiado tiempo libre.
"Ya llegamos, señorita". Una voz cortés me arranca de las nubes y me devuelve a la tierra. Miro al señor mayor y regordete y lo veo sonriéndome. Miro y veo que estábamos estacionados afuera de un gran edificio viejo de ladrillo.
Universidad de Windsor
"Gracias Señor."
"Me alegro de ser de utilidad, oh y-" Él busca en su bolsillo y saca una pequeña tarjeta de papel. "Llámame si alguna vez necesitas que te lleve de nuevo". Él sonríe. Tomo la tarjeta y le devuelvo la sonrisa. "Gracias." Él asiente antes de irse. Miro a mi alrededor para ver a los estudiantes que vienen de todas partes, lo que me abruma un poco.
