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"Hola, cara de ángel". Stu tartamudea mientras se limpia los ojos.
"Entonces eso significa..." Agarro los brazos a mi alrededor y los arranco antes de girar mi cuerpo.
"¿Billy?" Yo susurro.
"Cuánto tiempo sin verte, ángel". Su mano acaricia mi mejilla. Lo quito suavemente y retrocedo lentamente.
"No deberíais de estar aquí"
Billy y Stu se acercan a mí.
"Por favor, no vuelvas a hacer esto, Quinn". Stu gime con los ojos llorosos.
Retrocedo contra la pared.
"No nos dejes de nuevo, por favor". Billy suplica.
"Yo no quería..."
"¡Pero lo hiciste, perra estúpida, nos dejaste!" Stu grita haciéndome estremecer.
"No, no lo hice. ¡Os salvé!"
"Dejándonos con la policía mientras haces tu gran escape, guau, qué considerada". Billy pone los ojos en blanco.
"Admite que te fuiste porque no te importó lo que nos pasara". Billy se acerca y me hace retroceder.
"Puta egoísta, ¿alguna vez nos amaste?" Stu inclina la cabeza con el ceño fruncido.
"¡Por supuesto que lo hice! ¡No me esforzaría por salvar a alguien que me importa un carajo!"
"Oh no, Quinn, no te importamos, solo necesitabas un chivo expiatorio". Stu sonríe.
Los dos chicos ahora se cernían sobre mí con sonrisas amenazantes. Prácticamente como si se hubiera encendido una pantalla de cine, me vi hablando con Billy y Stu.
"Me priorizo a mí mismo sobre cualquiera".
"No nos amas, recuerda. Solo te amas a ti misma-"
"¡PERRA SIN CORAZÓN!"
Luego todo se apaga.
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Mis ojos se abrieron a una luz cegadora que pertenecía al sol. Me muevo tratando de desviar mis ojos para darme cuenta de que no podía. Mis brazos y piernas estaban atados a una silla en una habitación vacía.
"Que demonios"
"Oh, mira quién finalmente se despertó. Levántate y brilla, ángel".
Levanto la cabeza y mis ojos se encuentran con los que miran desde arriba.
"Mickey" rechiné los dientes.
"Me encanta cuando dices mi nombre". Mickey agrega.
"Juro por dios que cuando salga de esto voy a matar-"
"Oh, cállate, no vas a salir de aquí, por ahora de todos modos. No te preocupes, cuando todo esto termine, te llevaré a un lugar muy lejano". Me acaricia la mejilla.
"¿De qué mierda estás hablando?" gruño.
"Shh, cuida tu lenguaje cariño". Mickey sonríe. "Si tratas de matarme, mi socio lo sabrá y enviará un pequeño video tuyo a cada estación de policía desde aquí hasta DC". Aprieto la mandíbula ante la amenaza.
"Eres tan poco original e incapaz que tuviste que conseguir un compañero". Sonrío.
Antes de que pudiera parpadear, mi rostro retrocedió y sentí una sensación de ardor en la mejilla. Miro y veo la mano de Mickey flotando a mi izquierda.
Me golpeó.
Este hijo de puta me golpeó.
"Eso es lo que pasa cuando respondes". Mickey se mete las manos en los bolsillos. "No lo vuelvas a hacer".
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"¿¡QUÉ!?"
En ese momento, dos chicos estaban entrando en pánico en su sala de estar por un interés compartido.
Tú.
"Ese hijo de puta secuestró a Quinn". Billy se pasa los dedos por el pelo con brusquedad.
"¡Joder!" Stu gritó agarrando su propio cabello.
"Uh dijo algo más como, um, lo que le hará o lo que quiere a cambio, ¿¡algo!?" El alto rubio divagó.
"Nada más, eso fue todo". Billy gimió.
"Jesús, Billy, ¿qué vamos a hacer?"
"Nada."
"¿¡Qué!?" El rubio gritó en protesta. "¿¡Qué quieres decir con nada!? No podemos simplemente-"
"¡No hay nada que podamos hacer Stu!" Billy golpea la mesa con las palmas de las manos. "No podemos hacer nada."
Los dos chicos se sientan en silencio tratando de comprender la gravedad de la situación.
Te han secuestrado y no pueden hacer nada al respecto.
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Han pasado 3 semanas desde que Mickey me secuestró. Aunque fue duro, insistió en que se preocupaba por mí y que "solo quería lo mejor" para mí.
Mierda.
Él me da de comer bien, incluso algo de comida francesa para hacerme "sentirme como en casa". Prácticamente vomité en mi boca al escucharlo. Sus palabras son reflexivas y bondadosas, pero cuando salen de su boca me enferman.
Me dijo que me amaba una vez, pero eso no salió bien.
Le ofendió que yo no correspondiera a sus sentimientos. Fue entonces cuando me abofeteó por segunda vez.
Cada vez que lo hace le quito otro miembro de su cuerpo, porque cuando llegue el momento obtendrá lo que le corresponde.
