Tiempo

60 5 0
                                    

No me importa si no es el amor de mi vida o un simple capricho. Solo quiero que sea un amor sincero, uno de verdad y que sea eterno mientra dure.



Una mezcla de emociones azota mi cuerpo sin darme permiso de identificar cada una de ellas una vez me dirigió a mi antigua casa. El taxi me deja una cuadras antes de mi hogar, meditó sobre la posibilidad de poder huir y decir que sigo en Inglaterra.

Tal vez Karin decida ayudarme y dejarme quedar en su departamento un tiempo más, porque realmente no tengo ganas para volver.

Sin embargo, su sonrisa aparece en mi mente y continuó caminado. No puedo huir, el tiempo a pasado y ha solucionado algunos problemas, pero de nada sirve el tiempo si no se sabe usar. Tocó la puerta y me puedo imaginar la sorpresa que tendrá quien me abra la puerta. Para mí sorpresa, no hay nadie conocido enfrente de la puerta, más bien una chica de largos cabellos castaños y ojos del mismo color.

—¿Buscas a alguien? —se que hay una mueca en mi rostro aunque no me pueda ver, ella sigue esperando mi respuesta.

—Yo vivo aquí —suelto molesto. Sus labios se abren mientras una torpe sonrisa se posa en sus labios.

—¡Mini-Itachi! —mi expresión ha de ser una poesía por la estúpida sonrisa que mi hermano mayor pone cuando se acerca a la chica.

—Sasuke, me hubieras dicho que llegabas hoy, hubiera ido por ti al aeropuerto.

Sus palabras no son suficientes y decide abrazarme, me susurra que entre a la casa que, mi madre estará tan feliz de verte, mis maletas fueron arrebatadas de mis manos por aquella chica de mi disgusto. Aún así, mis pensamientos molestos y el mar de emociones se despejan durante el tiempo suficiente para saber que siento alegría de ver la espalda de mi madre.

—¿Quién tocó? —pregunta sin darse la vuelta, otra vez siento ganas de huir.

Mi silencio le causa curiosidad y empieza a voltearse. Reacciono rápido y corro a abrazarla, ella no necesita terminar de verme para saber quien soy, nuestro abrazo no dura mucho, no soy muy afectuoso.

Mi padre llega en la tarde y también me saluda, alegres por mi llegada de nueva cuenta, la casa se llena de un delicioso aroma gracias a la cena, por el día nadie dice nada sobre el pasado, solo festejan a mi lado, olvidando los problemas que tuvieron que ver con mi separación de ellos.

—¿Izumi, están casados? —preguntó sin aguantar mi curiosidad. Ella me mira y sonríe.

—Prometidos.

Oh, vaya, mi hermano se va a casar, pero ella ya vive con nosotros. Tampoco es como si mi familia fuera muy tradicional en ciertas cosas.

—Cuando empiece a ejercer, empezaré a rentar un departamento para nosotros.

La conversación continúa, finalmente terminó ocupado una habitación de visitas puesto que la mía nunca fue ordenada. Esta llena de polvo y cajas, supongo que es entendible, han pasado seis años desde que marché a Inglaterra, he vuelto para terminar mis prácticas aquí en Japón donde fue que inicié.

Dejo mi maleta a un lado de la puerta, y solo saqué una muda de ropa, me tiré a la cama sin más, estaba cansado pero no tenía sueño.

He llegado a pensar que lo mío por Sakura puede ser un capricho, me lo han dicho varios compañeros, he tenido oportunidad de rehacer mi vida amorosa pero realmente jamás me intereso hacerlo, no sabría decir si es amor, pero lo que siento para Sakura nunca lo he sentido por alguien más.

Heridas Viejas (Sasusaku)Where stories live. Discover now