Leyendo Amor entre reinos

Capítulo #5: Lucy en Narnia y hablando con... ¿un león?

LEYENDA

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Negrita: reacciones

Cursiva: Lectura

Cursiva subrayada: Pensamientos/personajes que están hablando en la lectura

Cursiva en negrita: Acciones de los personajes que están reaccionando a la historia

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Era la hora del almuerzo en Hogwarts. Dumbledore convirtió los cómodos sofás en las típicas y largas mesas del Gran Comedor. Muchos estudiantes refunfuñaron ante esto, pues se querían quedar recostados un rato más.

Lo que más destacaba en las conversaciones que tenían los estudiantes era, obviamente, sobre lo que acababan de leer.

James tenía a T/n sentada en su regazo mientras ella jugaba con las manos de su padre. Balbuceaba un par de cosas hacia Harry que le prestaba toda la atención del mundo a su hermana. Harry tenía un brillo especial en sus ojos cada vez que veía a T/n y eso a sus padres les encantaba...

Ron por otro lado estaba atragantándose con el pollo que hacía tanto que no comía. Era normal para él comer pollo a diario, lo que pasa es que no había pollo más rico que el de Hogwarts, pero nunca lo admitiría en voz alta frente a su madre, lo único que le faltaba es que ella lo matara. Si Molly no lo mandaba a la tumba por meterse en la guerra, lo mataría por despreciarle la comida.

Hermione miraba de forma desaprobatoria la forma apresurada de comer de su novio, Molly hacía lo mismo. Arthur charlaba con Remus, Lunático, Sirius y James sobre cualquier cosa, mayormente eran preguntas dirigidas hacia Remus con relación al futuro.

Lily hablaba con Tonks sobre niños y de la vida. La pelirroja estaba pasando un buen momento con la metamorfomaga la cual la hacía reír muchísimo. Los más pequeños jugaban entre ellos, excepto los gemelos y T/n, porque ya habían terminado de comer. Teddy la estaba pasando muy bien rodeado de los pequeños Weasley.

Ginny y sus hermanos discutían sobre Quidditch junto con Harry, Ron seguía comiendo, y de cómo los Chudley Canons podrían ganarle al Puddlemer United. Si ganaban los Chudley Canons, obviamente se lo restregarían en la cara a Oliver, no perderían esa oportunidad. Oliver había sido parte del Puddlemer United, pero ahora jugaba en la Selección de Quidditch de Inglaterra, cuando se retirara se haría profesor de Quidditch en Hogwarts.

30 minutos después, el almuerzo había acabado. Dumbledore les volvió a pedir a todos que se pararan para volver a aparecer los sofás y las pequeñas mesas, a lo cual obedecieron. Todos se estaban preparando para leer unos cuantos capítulos más, especialmente la familia de la mini Potter. Cuando ya estaba todo listo, una luz plateada iluminó el centro del Gran Comedor, que había quedado libre, y al cabo de unos segundos aparecieron dos personas totalmente desconocidas para todos. Eran dos hombres.

Tenían una estatura similar entre ellos. Ambos tenían el pelo negro y músculos anchos, cargaban armas con ellos, lo cual asustó a más de uno y los padres acercaron a sus hijos hacia ellos por más grandes que fueran, y tenían un aspecto intimidantes.

Empecemos con el mayor de los dos. El hombre tenía una barba negra con un par de canas en ella y en su espeso cabello negro por igual. En su rostro se observaban algunas arrugas y cicatrices. Sus manos eran grandes y portaban una que otra cicatriz también. Sus ojos eran marrones, eran profundos y amenazantes. Debía tener unos 40 años y su altura podía ser de 1.85 metros.

Vestían una larga capa peluda de color negro hecha de piel. Sus pantalones eran negros por igual y debajo de su capa tenía una camisa blanca. Sus botas de cuero les llegaban a las pantorrillas y, al igual que casi todo su atuendo, eran de color negro. Posaba su mano en el mango de la espada que tenía en su cintura.