7 - Se derrumbó

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La mano de ella sostuvo su cabeza, no pudo moverse, solo sintió como lo lanzo hacia ese sofá sin cuidado para apartarlo del camino

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La mano de ella sostuvo su cabeza, no pudo moverse, solo sintió como lo lanzo hacia ese sofá sin cuidado para apartarlo del camino. Entre pequeños quejidos se incorporó para ver su espalda, ¿le hará algo? sigue creyendo que lo torturara pronto. Guardando silencio vio como ella se adentró al pasillo por donde el vino, cerrando esa puerta en el proceso. Quedo solo en la oficina, confundido, su miedo aún lo dominaba, quería evitar un sufrimiento más grande a sus amigos.

Se atrevió a ir detrás de ella, corriendo para detenerla, rogarle otra vez piedad. Dirigió sus pasos a esa habitación donde se hospedaba, abrió la puerta de pronto para verla de espaldas. Lo último que llego a divisar fue esa demonio arridillada en el suelo, luego a Ryuko mirar sobre su hombro con enojo, usando esa cuerda que sintio de repente en su cuello, lo jalo tan fuerte y rápido, golpeó la nuca del albino dejándolo inconsciente.

Ahora solo era ella y su criada, mientras Hitsugaya permanecía inerte en el suelo, ambas se veían a los ojos: esa mirada tranquila he inexpresiva le causaba terror, Mía yacia arrodillada ante su querida señorita. No imagino que al encontrarsela la arrastraria hasta esa habitación y recibiría aquella mirada.

Ryuko, un demonio que los superiores no respetan, es considerada alguien no digna para su poder y titulo, a comparación del hermano mayor... ella es una decepción. Pero los inferiores fingen respeto, para no ser asesinados. Mía le costaba entender porqué la consideran un fracaso, literalmente es peligrosa cuando se enoja y en este mismo momento parece pensar en todo menos piedad.

— ¡Ryuko-Sama! —Se arrastro para tomar parte de su haori—. ¿¡Qué hice mal!? Juro que le soy leal, no fue mi intención hacerla enojar...

¿Qué sucedió? Hizo todo bien, ni un fallo, algo de lo que cualquier demonio estaría orgulloso, entonces... ¿porqué no se ve satisfecha? Podría ser...

— ¿Ese shinigami logró llegar a usted? ¡Si la molesto entoces lo castigare el triple que antes...!

Sintio escalofríos, su mirada se volvió más sombría, esos ojos azules como el cielo, resplandecientes ante la habitación con poca iluminación. La pelirroja se puso de cuclillas ante ella, ladeo su cabeza a un costado observándola. El tacto frío de la mano en su mejilla la hizo estremecer, los ojos... era imposible evitar verlos.

— R-ryuko-Sama... —Murmuro con el temblor en sus labios.

Y lo sintió, ese dolor tan horrible en su interior, sus lágrimas caían rebasando por las mejillas sin control. Tenia tantas ganas de morir, no soportaba el dolor en su pecho, ese nudo en la garganta, pensamientos y recuerdos que deseaba evitar.

¿¡Porqué se siente así!?

Depresion...

Esta se puso de pie dejando a la demonio en el suelo con su cabeza mirando hacia abajo, aún arrodillada, llorando y temblando. Volteo para tomar del uniforme al albino y así arrastrarlo fuera de esa habitación.

Volvió a despertar, adolorido del cuello pero en una nueva habitación (más limpia y cómoda) a su lado ropa limpia y comida deliciosa, si le dijeran que ha muerto lo creería

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Volvió a despertar, adolorido del cuello pero en una nueva habitación (más limpia y cómoda) a su lado ropa limpia y comida deliciosa, si le dijeran que ha muerto lo creería. Ni siquiera dudo en alimentarse, luego se bañaria para vestirse bien. También había vendas para que cure sus heridas... ¿lo hizo ella? Después de noquearlo con fuerza, no tenía sentido.

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Salio de ahí, caminaba en ese pasillo con sigilo, debía buscarla para intentar preguntarle que demonios sucedió. Pero se detuvo al cruzarse con esa habitación, la puerta estaba semiabierta, incluso sentía un ambiente muy frío ahí dentro. Por curiosidad se acerco para mirar desde esa parte.

— ¿Q-qué...?

Mía, su cuerpo estaba en medio de la habitación, una soga sostenía del frágil cuello que tenía, sangre en sus manos y lágrimas secas mostrándose sobre sus mejillas. Había indicios de que ella misma lo hizo, pero... ¿Porqué? Imaginaba cualquier cosa menos un suicidio de su parte.

Negando a sus adentros se alejó para seguir caminando, no debía meterse en problemas de los demonios, ni siquiera le importa, además ya deseaba matarla por intentar herir a sus aliados.

Esta vez salió al patio, ya que en la oficina no había nadie. Ahí volvió a verla, sentada mirando el jardín, escucho una triste y hermosa melodía. Se acercó un poco más, era una pequeña arpa, sintió calma y su mente logró despejarse.

Hasta que ella se detuvo.

Hasta que ella se detuvo

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Esᴄʟᴀᴠᴏ ᴅᴇ ᴜɴ ᴅᴇᴍᴏɴɪᴏ [Hitsugaya Toshiro]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu