CAPÍTULO 2

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Recuesto mi espalda en el respaldar de la silla, llevando al mismo tiempo mi mano para acomodarla bajo mi barbilla, sin apartar la mirada de la pantalla, donde el proyector plasma las estadísticas de ventas de los últimos dos meses del año pasado

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Recuesto mi espalda en el respaldar de la silla, llevando al mismo tiempo mi mano para acomodarla bajo mi barbilla, sin apartar la mirada de la pantalla, donde el proyector plasma las estadísticas de ventas de los últimos dos meses del año pasado.

Escucho con atención al vicepresidente explicar los últimos servicios que realizó la empresa con dos compañías simultáneamente, junto con las ventas de productos de aparatos tecnológicos que han sido exportados a diferentes lados de los países. Cristian, además de ser un miembro importante dentro de la empresa, también es mi mejor amigo; lo considero como otro hermano.

La reunión había comenzado temprano con la participación de varios trabajadores clave y nuevos inversionistas. "Davies Connection" ha consolidado su posición como una de las principales empresas tecnológicas y de seguridad del país, estableciendo vínculos con la policía, Interpol y embajadas para suministrarles aparatos tecnológicos recientemente nuevos.

A mis veintisiete años, he trabajado arduamente para seguir impulsando la empresa familiar y elevar el renombre de mi apellido, siendo reconocido como el magnate más influyente de Nueva York.

Ojeo la carpeta que mi asistente me entregó, dejándolo a un lado de la mesa.

—Estamos satisfechos con los resultados... Sería un honor trabajar nuevamente para Davies Connection y renovar el contrato —dice Miller, empresario de una de las dos compañías asociadas con mi empresa—. Pero me gustaría invertir en las nuevas demandas para aumentar las ventas. Ya sabes, más ventas, más contactos.

—Tenemos el departamento de Marketing a nuestra disposición —dije levantándome cuando todos se ponen de pie para salir de la sala, despidiéndose con un apretón de manos que acepto—. O también podríamos ponernos en contacto con los Williams, que también está asociada con la empresa y el departamento de Marketing.

—Lo sé, Davies. No dudo de la capacidad y la forma en que trabajan los Williams; de hecho, quería hablar de eso. Me recomendaron a una persona que es muy buena y eficaz en su trabajo, solo me faltaría ponerme en contacto con ella.

Asiento y respondo automáticamente.

—Envía una redacción con todos los datos de esa persona a mi asistente para que se integre al departamento de Marketing. Decides si trabaja desde tu compañía o aquí dentro; no tengo problema con ello.

—Recordemos que aún falta el viaje a Barcelona para cerrar los últimos contratos pendientes —recuerda Cristian, asiento con la cabeza y analizo mentalmente los últimos proyectos con los nuevos inversionistas fuera del país que quedaron pendientes.

—Quizás la conozcas, Williams, comparten el mismo apellido —suelta el comentario quedándose en el aire—. Nuevamente ha sido un gusto tratar con ustedes. Con permiso —se despide.

—Propio —decimos Cristian y yo al mismo tiempo. Tomo el control del proyector y lo apago volviendo a mi silla y masajearme la sien para amortiguar las punzadas por el dolor.

MI PEQUEÑO SECRETO - NUEVA VERSIÓNWhere stories live. Discover now