CAPÍTULO 4

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El cálido clima de Barcelona nos recibió apenas pusimos un pie en la pista de aviónaje

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El cálido clima de Barcelona nos recibió apenas pusimos un pie en la pista de aviónaje.

Un viaje de siete horas en el que no hubo ni un segundo de descanso dentro del jet: el oficio no se hacía esperar. Antes de salir de Nueva York, el vicepresidente y yo tuvimos que convocar una reunión urgente, declarando que nos encargaríamos de los dos últimos cierres de contratos que se digerirán aquí en Barcelona.

Casi toda la mitad de la mañana estuvimos ajetreados con el trabajo; no hubo ni un solo momento de descanso. No es que me estuviera quejando, sino que así es el oficio; todo tiene su debido tiempo correspondiente. Y a mí me gusta terminar lo que en su momento empecé.

—Como es de conocimiento público, Davies Connection continúa siendo reconocida al nivel mundial como una de las primeras empresas en tecnología y ciberseguridad de Nueva York —hablo, optando el control de mi voz como presidente—. Y una de las razones por las cuales el vicepresidente y yo nos encontramos aquí es para dar por formalizada el cierre de contrato que teníamos pendiente.

Los hombres sentados alrededor de la mesa en forma de U asienten sin dar alguna réplica ante mi requerimiento. Me levanto del asiento tomando una respiración al momento de percibir cómo la puerta de la sala se abre: entrando de ello con elegancia y el porte que siempre le caracteriza a Isaac Davies.

—Buenas tardes —Saluda, captando la atención de los hombres, fijando los orbes de sus ojos al instante hacia mí—, perdonen la tardanza, pero hubo un cambio al último minuto que no me había enterado hasta hace unas horas de esta reunión ya programada.

Tenso el cuerpo.

—Regresando a nuestros asuntos —hablo, ignorando al hombre que acabó por irrumpir en la sala. No sé por qué está acá, si no le concierne el tema de mi área correspondiente. No le compete en nada.

—En sus manos se encuentran las cláusulas y los acuerdos de confidencialidad del contrato —interviene Cristian—, para evitar problemas a futuros con la empresa u otras. No es nada nuevo que no se hayan informado.

—No tenemos más que esperar, señores.

—Tan directo como siempre, Axel Davies —contesta unos de los presentes.

—Una de mis cualidades.

—Ser directo y sinceros viene de familia, Saavedra. —Se entromete Isaac soltando delirios que ni el mismo se lo cree.

Miro de reojo a Isaac y vuelvo la mirada hacia cada uno de los hombres de la mesa que hablan entre susurros. Uno de ellos, que es el jefe de la compañía, toma la lapicera y da por finalizado el contrato.

Aplauden todos en la sala, incluyéndome, se levantan estrechando cada una de nuestras manos, palmeo la espalda de mi mejor amigo hasta que entre agradecimientos la sala se vuelve a quedar vacía.

—Te espero en el auto —dice mi mejor amigo, asiento con la cabeza por la pesadez del cansancio. Sale de la sala no sin antes despedirse por educación de Isaac, quien no hace el mínimo intento de brindar atención.

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⏰ Last updated: Mar 01 ⏰

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MI PEQUEÑO SECRETO - NUEVA VERSIÓNWhere stories live. Discover now