CAPITULO XXXVI

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— BESO CON SABOR A VICTORIA —

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— BESO CON SABOR A VICTORIA —

— Cuando pienso que no puedes ser más estúpido, ¡SIEMPRE SUPERAS MIS EXPECTATIVAS! ¿COMO SE TE OCURRE IR A HOGSMEADE? — Stephanie le gritaba a Harry mientras Ron estaba sentado a su lado, igual o más asustado que el chico Potter. — ¡Y TU INSITANDOLO A QUE VAYA! ¿ACASO NO LE TIENES APRECIO?

— ¿Quién te hace creer que es mi culpa? — Ron hablo pero rápidamente se arrepintió al ver la mirada que le dirigió la pelirroja.

— POR QUE HERMIONE ES MUCHO MAS RAZONABLE QUE USTEDES DOS Y ESTOY SEGURA QUE HUBIERA HECHO ALGO PARA EVITAR ESTO. — Stephanie les seguía gritando y es que tenía razón para estar enojada, ella no ha ido a Hogsmeade por el riesgo que corre ahí y el que Harry solo hace que se enfurezca por qué siempre se expone al peligro.

Después se fue a su castigo donde se reunió con sus tres amigas y para su sorpresa con Draco Malfoy.

— ¿Que haces aquí? — Preguntó Stephanie al rubio.

— Digamos que me burle de Snape y bueno... — Draco alzó sus hombros mientras sonreía inocentemente.

El castigo consistía en limpiar los calderos de los alumnos de primer año, normalmente son los que están mucho pero debido a que apenas son principiantes en hacer pociones y suelen hacer sus brebajes todos asquerosos.

El castigo consistía en limpiar los calderos de los alumnos de primer año, normalmente son los que están mucho pero debido a que apenas son principiantes en hacer pociones y suelen hacer sus brebajes todos asquerosos

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En ese momento las chicas estaban en clase de Adivinacion y antes de lo previsto ya estaban viendo la bola de cristal después de la quiromancia.

— Mirar la bola de cristal es un arte muy sutil. No espero que ninguno vea nada en la bola la primera vez que mire en sus infinitas profundidades. Comenzaremos practicando la relajación de la conciencia y de los ojos externos — Las cuatro chicas se miraron entre si — con el fin de liberar el ojo interior y la superconciencia. Tal vez, si tienen suerte, algunos lleguen a ver algo antes de que acabe la clase.

Las chicas trataron de relajarse siguiendo las instrucciones de Trelawney. Podían escuchar las risas de Ron Weasley de fondo y Leila anhelaba que un hilo mágico le mantuviera la boca cerrada al pelirrojo.

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