CAPITULO LXXV

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— REMITENTE A LA LUZ —

Cassiopeia había decidido volver a Grimmauld Place tan pronto como la competencia dio fin, había sido agridulce y esperaba con todo su ser que no fuera la ultima, pero sabe que lo será por unos años.

Los abuelos Moncier los acompañaron hasta el inmueble en Londres, ese día había reunión de la orden y debían estar presentes, tratarían mas de cerca el tema de la vista de Harry en el ministerio, incluso Dumbledore se encontraba ahí dentro.

Subían las escaleras hacia los pisos superiores, Cassiopeia con su trofeo en mano mientras Fred cargaba los arreglos florales que le habían obsequiado a la Black y detrás de ellos iban Elle y Lyra, pero varios gritos ocasionaron que todos se detuvieran y se miraran entre ellos.

– ¿Stephanie? – Cassiopeia hizo la pregunta al aire antes de aproximarse a la habitación de donde provenían, sin duda alguna no imaginaba que se encontraría con aquello al regresar.

Emma se encontraba en la habitación en la que dormían Lyra y Elle, nadie entraba ahí y le gustaba la privacidad que sentía. La mayoría había descubierto que la Lupin pasaba la mayor parte del día ahí, aveces sola o con la compañía de Stephanie y Leila.

Estaba ansiosa ya que ese día era la competencia de baile a la que Cassiopeia asistiría, esperaba que ganara como siempre y todo saliera bien, se resignara de la mejor manera y si no lo hacia, siempre tendrá a sus amigas que la apoyaran en todo.

Aunque, le resultaba extraño pasar la mayor parte del tiempo con su padre y es mas que nada porque creció sin conocer el cuidado paternal, pero ahora, lo tiene y sin duda alguna Remus Lupin es un padre increíble.

Mientras ordenaba la habitación escucho unos toques en la ventana, cuando se acerco observo que estaba una lechuza y abrió rápidamente para que entrara. En cuanto le quito la carta que tenia atada en la pata, la lechuza se apresuro a emprender vuelo y no espero a que ella le diese comida.

Cerró rápidamente la ventana y se sentó en la cama, abrió la carta y sonrió al reconocer la letra.

Querida Emma, espero y quienes te rodean se encuentren bien, que la recuperación de Cassiopeia haya sido exitosa.
También, espero que estes disfrutando tus vacaciones y bueno, yo no tanto, estoy solo todo el día ya que mi padre no se ha pasado por la mansión desde que llegue de Hogwarts.
Se que justo ahora estas haciendo una mueca, pero no lo hagas, siento que no debería sentirme mal por la ausencia de mi padre y ya debo acostumbrarme a estar sin el, pero ya hable mucho sobre mi, ahora quisiera saber de ti.
¿Que has hecho durante las vacaciones y como la has pasado?, no dudo que el profesor Lupin y la profesora Stivienson sean una excelente compañía.
Ay, solo espero que podamos vernos antes de regresar a Hogwarts, siendo totalmente sincero contigo te extraño y no esta de mas querer ver esa sonrisa acompañada de aquellos ojos tan bonitos que tienes.
Con todo respeto y cariño, Theodore Nott.

Emma releía una y otra vez la carta con una sonrisa plasmada en su rostro, no podía creer que el chico Nott estuviera provocando tantas cosas en ella.

– ¡¿THEODORE NOTT?! – exclamó alguien detrás de Emma y ella se apresuro a ponerse de pie para encarar a la otra persona.

Quería sorprenderse al ver a Harry Potter ahí, pero, simplemente ya no podía hacerlo.

– ¡No puedo creer que estuvieras espiando! – Emma le dijo y Harry intento quitarle la carta pero ella la oculto detrás de su cuerpo.

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