segunda parte de Sana's Harem.
La vida adulta no es para nada lo que se esperaba Sana, no todo era como en el instituto donde sus únicas preocupaciones eran aprobar y salir de fiesta.
En esta etapa nueva de su vida, deberá de hacerle frente a sus n...
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Observó a la adolescente sin saber que hacer, había acabado de llegar de trabajar y aunque Chaeyoung ya le había quitado todo aparato tecnológico, Tzuyu la amenazó con quitarle también el hecho de participar en el partido de mañana.
Y no podía perderse ese partido de fútbol ¡su equipo la necesitaba!
Sullyoon esperó a que Tzuyu llegara a casa pues si se lo decía a su otra madre, Chaeyoung le gritaría que no. Ya era la cuarta vez que la llamaban de dirección.
La hija de Chou y Son amaba las peleas y patear traseros.
Así que esperó y esperó pacientemente para poder hablar con su madre y así convencerla para que convenciera a Son Chaeyoung.
—Nada de peleas. Durante este mes.
—¿Todo el mes?
—Sí. Tu madre te acabará enviando al ejército.
Aquello era una broma.
Chaeyoung amaba demasiado a su pequeña Sullyoon o bebé como la llamaba tanto a ella como a su hermana pequeña, Eunchae.
Tzuyu sonrió viendo la cara de susto de su hija.
¿Cómo era posible que con esa carita de ángel le hubiera roto la nariz a un compañero suyo? Y peor aún, con su fuerza brutal.
No sabía si sentirse orgullosa porque Sullyoon era fuerte, valiente y terca, o preocupada porque podía causar muchos problemas. De hecho, ya lo hacía.
—¿Y si tengo que defender a las gemelas? O a la tonta de Bae, peor aún a nuestra delegada Haewon y Lily no tienen ni idea de defenderse —reclamó alarmada a su madre —Incluso Jinni podría meterse en problemas
Tzuyu guardo silencio.
—Dime que al menos no intimidas a los demás.
—Solo a los que se lo merecen.
La doctora suspiró viendo a su hija, no podía ser mala con ella. Sabía que lo había hecho no estaba bien, pero también sabía que su hija tenía un buen corazón.
Y que adoraba a sus amigas.
—Iras al partido. Hablaré con tu madre, pero quiero que te vayas a la cama pronto.