La historia detrás de la historia

Ahora que hago

Reich: ¡¡Papá, papá!! ¿Cuándo volverá Weimar?

I. Alemán: Reich, no tengo que estar repitiendo esto todos los días .

Reich: ¡¡Papá!!

I. Alemán: Dentro de 5 años.

Reich: Eso es mucho, no podré aguantar.

I. Alemán: No te preocupes Reich, no estarás solo .

Reich: Claro que no, yo me voy con él ahora mismo.

I. Alemán: Reich, ya hablamos de esto la semana pasada, tú aun eres muy pequeño, no puedes ir.

Reich: Papá, tengo 8 años, tengo la edad suficiente para comer solo, claro que puedo ir.

I. Alemán: Tienes que tener 16 años para poder ir.

Reich: Eso es . . .  8 años, ¡¡¿Tengo que esperar 8 años?!!

I. Alemán: Claro.

Reich: Para entonces Weimar ya estará aquí.

I. Alemán: Bien ¿Lo ves? Es poco.

Reich: ¡¡Papá!!

I. Alemán: Reich, tengo que trabajar.

Reich: Pareciese que no me prestas atención.

I. Alemán: ¡¡Reich!!

Reich: Perdón, lo que quise decir es, pareciese que no me presta atención.

I. Alemán: Claro que te escucho Reich, pero tambien tengo trabajo, como tú ya lo dijiste, ya eres un niño grande, antes pasaba mucho tiempo contigo porque eras pequeño, pero ahora que puedes cuidarte tú solito tengo que trabajar más.

Reich: Bien, su majestad, ya no lo molesto mas, adiós.

Reich camino indignado por toda la mansión de su padre, parecía que ya no le importaba a nadie que él fuera un niño.

Reich llegó a los jardines grandes y hermosos donde se encontró con el perro de su padre.

Reich: -Hola castor- dijo dirigiéndose al perro.

castor: Guauf 

Reich: ¿Por quÉ estás afuera?

Reich comenzó hablar con el perro llamado Castor, de igual forma no tenia nada mejor que hacer, sus clases ya habían terminado y aún faltaba mucho para la hora de comer, Reich camino por todo el jardín viendo todas las flores, extrañaba a su hermano.

Hola diario, se que dije que ya no volvería a escribir, pero mi padre ya no me escucha y ¿Por qué no traumatizar a un pedazo de libro?, perdón, pero tengo que traumarte con mis traumas. ADIOS