¿Quién es esa señora?

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El pequeño Reich caminaba por los pasillos de la gran casa, no tenía nada interesante que hacer, su padre dijo que hoy recibiría una gran sorpresa, pero no sabia que era, pensaba que podría ser algo que él apreciara mucho, quizás otro diario.

Reich: Tal ves sea otro perro o quizás un gato, no lo creo, papá dijo que ya no volvería a traer otro animal, podría ser . . .  ¡¡¡ROPA DE ESPAÑA!!!

Reich estaba feliz pensando que la gran sorpresa seria ropa traída desde España, él era apenas un niño, pero sabía perfectamente de moda y su armario estaba repleto de ropa muy elegante y formal, desde que conoció la moda española solo se enamoro más y más de esta y su padre sabia perfectamente eso, Reich estaba mas que ilusionado, estaba perdido en su pensamiento pero reaccionó en cuanto escuchó la voz de su padre llamándolo, sus pequeñas pisadas sonaban por todo el pasillo, él pequeño corría lo más rápido que sus piernas se lo permitieran mientras que en su rostro una sonrisa colorida era lo que mas llamaba la atención, luego de tanto correr logró llegar a la habitación donde se encontraba su padre a cual saludó de manera alegre.

Reich: ¡Bueno días papá!

Observó toda la habitación y se sorprendió al ver a una mujer junto a su padre, no era la primera vez que veía a su padre con mujeres, pero ella tenía algo en especial y el pequeño lo notó, a su padre nunca le gustó que sus hijos lo vieran con esas mujeres ¿Cuál era la diferencia  ahora?

I. Alemán: Buenos día Reich, quiero que conozcas a alguien.

Dijo viendo al menor mientras se acercaba a él, siendo seguido por aquella mujer, I. Alemán cargó al menor y sonrió como todas las veces.

I. Alemán: Ella es Imma.

Reich: -Hola señorita Imma- Reich vio a la mujer y saludó esperando las explicaciones de su padre.

I. Alemán: Desde ahora ella será tú nueva cuidadora ¿Muy divertido verdad?

Reich: -Si, un poco- dijo disgustado, su padre nunca confió en nadie para cuidarlos, esto era extraño.

I. Alemán: ¿Quieres saber por qué?

Reich: Si, por favor.

I. Alemán: -Porque me he casado con ella- en su rostro podía verse la alegría y emoción, mientras que la dama solo miraba curiosa al menor.

Reich: -Felicidades, papá-  A pesar de su corta edad, Reich sabía que una boda siempre significaba algo bueno, aunque él estaba disgustado por la noticia trató de sonreír para su padre, para que él sea feliz.

Imma pidió a I. Alemán poder cargar a Reich a lo cual él aceptó, la joven lo tomó con cuidado y dejó un beso en la frente del menor, esperando ser aceptada, una gran sonrisa se formó en su rostro al ver que el menor la abrasaba cariñosamente, "El plan había funcionado" eso era lo que pensaron ambos al ver que Reich había aceptado de buena manera la noticia.

La historia detrás de la historiaWhere stories live. Discover now