CAPITULO DOCE

33 7 0
                                    

Cuando Saeng abrió de nuevo los ojos, la habitación estaba oscura. La luz estaba apagada, y podía ver que era de noche fuera de la ventana. ¿Cuándo se había quedado dormido? Lo último en su mente eran recuerdos y enfermedad... y Hyun joong . Hyun Joong estaba en la cama con él. La calidez de su cuerpo irradiaba bajo las sábanas. Su olor también.

Mezclado con la loción para después de afeitar. Hyun Joong ocupaba la mayor parte del espacio en la habitación simplemente con su presencia. No era alguien que tú no notarías. Ni siquiera cuando estaba dormido. Saeng escuchó el sonido de su respiración. Definitivamente dormido.

Después de la actuación de esa tarde, Hyun Joong debía pensar que era el loco más grande que existía. El que todavía dejara a Saeng dormir en su cama era un pequeño milagro. Que había sido capaz de manejarlo...

Pero Hyun Joong lo necesitaba ¿no? No había razón para ponerse sentimental con alguien que quería cortar tu cabeza.

En la oscuridad, Saeng apenas podía distinguir nada. La puerta debería estar a su derecha, sin embargo, y él no estaba esposado ni nada. Era libre de irse si era lo suficientemente silencioso al respecto.

Quizás no lo más amable que podía hacer, pero no se sentía amable ahora mismo; sentía ganas de conseguir una dosis.

Se acercó lentamente al borde de la cama, con cuidado de no moverse mucho. Lentamente estiró una de sus piernas y tocó el suelo. La alfombra se sentía fresca comparada con la cama. E incluso más fría comparado con el brazo que se envolvió alrededor de la cintura de Saeng, tirando de él.

¿Cómo diablos se había despertado Hyun Joong?

―No tan rápido, encanto, ― Hyun Joong dijo.

― ¿Cómo-?

― ¿Qué tan seguido crees que Yakim intentó ese mismo movimiento? ― Hyun Joong sonaba cansado y no como si de hecho hubiera estado dormido.

― ¿Alguna vez tuvo éxito? ― Saeng preguntó.

― ¿Tú qué crees? ― Hyun Joong tiró de Saeng aún más cerca como para enfatizar sus siguientes palabras. ―Podrías decir que tengo una cautivadora personalidad.

Saeng bufó. El aliento de Hyun Joong le hizo cosquillas en su cuello.

―Esto es secuestro, sabes.

―No eres un niño, ― Hyun Joong murmuró. ―Yo no follo a niños.

―Bueno, no estamos jodiendo ahora.

―Es una lástima. ―Hyun Joong le acarició el cuello, y Saeng tuvo dificultad para decidir si el hombre estaba tratando de ser cariñoso o de burlarse.

―Quizás mañana, ― Saeng dijo. Si iba a ser mantenido aquí, lejos de sus drogas, lo menos que podía hacer era cosechar los beneficios de la situación. Una vez que ya no se sintiera tan mal. El cuerpo de Hyun Joong se presionó más cerca del suyo, todo firme y duro contra su espalda, estaba haciendo un infierno de buen trabajo recordándole cuáles eran los beneficios de su situación.

―Si logras pasar la noche, ― Hyun Joong dijo. ―No me gusta cuando los chicos tratan de escabullirse de mí. No es muy educado, ¿no crees?

― ¿Alguna vez conociste a un drogadicto?

―Tal vez quería que rompieras el molde. ― Hyun Joong colocó un beso en el cuello de Saeng, y la sensación ardió en su piel.

―Siento decepcionarte.

―Puedes compensarlo mañana. ― Hyun Joong dejó su mano deslizarse hacia abajo por el cuerpo de Saeng, llegando a descansar en el interior de su muslo. Junto con la sensación de los abdominales de Hyun Joong debajo de esa delgada tela entre ellos, Saeng estaba reconsiderando su postura sobre el sexo esta noche cuando Hyun Joong dijo, ―Duerme. Ahora. ― Él estaba haciendo eso a propósito.

― ¿Es una orden? ― Saeng preguntó, arreglándoselas para girarse en el agarre de Hyun joong con un poco de fuerza.

― ¿Qué más quieres?

― ¿Drogas? ― Saeng intentó.

Hyun Joong lo golpeó ligeramente sobre la cabeza.

―No más drogas para ti. Y esa definitivamente es una orden.

―Como sea, ― Saeng dijo, dejando que su frente descansara sobre el pecho esculpido de Hyun Joong, respirándole. Su cerebro había llegado a equiparar ese picante, masculino como el cuero con sexo duro y dominación, y, lo que era más sorprendente, una sensación de comodidad. Hyun Joong no se resistió. Ya sea porque no le importaba la intimidad o porque Saeng le recordaba a alguien de quien había sido cercano. Saeng estaba demasiado cansado para que le importara cual era.

―Lo digo en serio, Saeng.

Saeng miró hacia Hyun Joong en la oscuridad. Apenas podía distinguir las características del otro hombre, pero el tono de su voz, la tensión bajo su piel le dejó saber qué tan serio era.

Hyun Joong no estaría contento con cualquier otro medio intento del culo.

―Está bien, ― Saeng dijo. ―Está bien...― Lo intentaría.

¿𝐒𝐎𝐘 𝐒𝐔 𝐑𝐄𝐌𝐏𝐋𝐀𝐙𝐎? /𝐇𝐘𝐔𝐍𝐒𝐀𝐄𝐍𝐆/𝐘𝐀𝐎𝐈/𝐒𝐒𝟓𝟎𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora