Día 29: "Noticia inesperada"

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Shipp: Cid x Mine

Universo Alterno.// Modern AU.

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- ¡¿Qué?!

Exclamaron ambos al mismo tiempo, después de que el médico les diera aquel diagnóstico.

- Felicidades. La señora está embarazada, de entre cuatro y seis semanas aproximadamente.

Ninguno de los dos podía creerlo. No esperaban esa noticia, pero se sentían felices por ello.

Mine tuvo un desvanecimiento en el trabajo, y todos se asustaron tanto que le dieron el día libre y la indicación de ir al hospital para una revisión. No tuvo que pedirle dos veces a su esposo que la acompañara, cuando Cid ya estaba subiéndola al auto, para ir cuánto antes al hospital.

Le hicieron un chequeo general, pero no había signos de fiebre ni nada anormal, así que decidieron hacer unos análisis de sangre para descartar cualquier problema. Y dos días después, volvieron por los resultados, llevándose esa sorpresa.

Era extraño que Mine no presentara los típicos síntomas de embarazo, cómo náuseas o fatiga, y quizás de no haber sido por esos análisis, ni siquiera se habría dado cuenta o al menos habría tardado un poco más en descubrirlo.

Hace tiempo que deseaban ser padres, y ahora, que el pequeño cachorro venía en camino, estaban que no cabían de la felicidad.

Obviamente, implicaría mil cambios en sus vidas, y debían estar preparados para todo lo que la paternidad implicaba.

Para empezar, Mine debía notificar sobre su embarazo en su trabajo y acordar hasta qué mes laboraría antes de irse por permiso por maternidad.

En el cuartel de policía, las felicitaciones de parte de todos sus compañeros no se hicieron esperar en cuánto supieron la noticia. Después de todo, eran dos de los detectives más importantes y que de una u otra forma se habían ganado el cariño y aprecio de todo.

Decían que el embarazo era un proceso bastante complicado, pero Mine lo hacía ver tan fácil, que sorprendía a todos. Ella siguió trabajando de forma normal, e incluso asistiendo a misiones, investigaciones de campo, e incluso haciendo interrogatorios, hasta que en su octavo mes, finalmente accedió a aceptar el permiso de incapacidad por maternidad, después de interrogar al líder de una secta, culpable de abuso sexual de varias mujeres Betas y Omegas.

Ella no quiso hablar sobre qué le había hecho cambiar de opinión, y fue un verdadero misterio, hasta que decidió contarle a su esposo, quién en ese momento, estaba en casa, recuperándose de una herida de bala en el brazo.

- ¿Qué fue lo que pasó en ese interrogatorio?- Preguntó el Alpha, más preocupado que intrigado, mientras la abrazaba, dejándola recargarse en su pecho.

- Una tontería en realidad.- Respondió la Beta, abrazándolo como podía.- Ese sujeto... Es realmente desagradable. Confesó con total descaro todos sus crímenes, pero no dejó de justificar que todo fue por empoderar a esas mujeres y Omegas... Y...

Cid sabía que Mine podía parecer ruda durante sus misiones e interrogatorios, así lo demandaba su puesto pero la mayoría de las veces, se quebraba una vez su trabajo terminaba. También estaba consciente de que al estar embarazada, soportando tantos cambios en su cuerpo, y con sus hormonas hechas un desastre, ella se sentía demasiado vulnerable y mucho más sensible, y cosas que en otras circunstancias no le afectarían en absoluto, ésta vez le pasaban factura.

- ¿Y qué más dijo, Mimi?- Preguntó, llamándola con ese sobrenombres cariñoso que le había puesto, mientras le acariciaba la mejilla.

- Dijo... Me cuestionó sobre el bebé.- Confesó, visiblemente aún algo alterada por ese interrogatorio.- Dijo: "Los Alphas siempre tienen el control de todo, y creen que pueden hacer lo que quieran con los demás. Tan solo mírate. De seguro el Alpha que puso ese bebé ahí, ni siquiera te ha llamado para saber cómo estás, después de ayudarte a hacerlo. Fuiste tan idiota para creer en palabras lindas y promesas de amor huecas, que ahora tienes un hijo con el que cargar tú sola, con algo de suerte, otro Alpha más al mundo y que será una copia del que te embarazó, para recordarte eternamente tu estupidez."

Cid pocas veces perdía la compostura. Incluso en momentos críticos, cuando todos perdían la cabeza, él era el único que conseguía mantenerse serio y calmo. Pero ésta vez, su semblanza inmutable se frunció, dejando ver toda la ira que había provocado en él aquel relato.

¿Cómo se había atrevido ese maldito desgraciado a decir todas esas cosas? Cómo maldecía haber sido herido en su última misión y a causa de eso, haberse quedado fuera por un mes. De haber estado con Mine, no habría permitido que ese bastardo dijera todo eso.

- Tranquilo, él cavó su propia tumba. Va a pagar por todo.- Le sonrió Mine.- Y además, no me quedé con las ganas de responderle y hacerlo cerrar la boca. Con mostrarle mi anillo de matrimonio fue suficiente para hacerlo tragarse sus palabras.- Contó la Beta.- Le dije: "Te equivocas. Estoy casada desde hace tres años, con un Alpha increíble, que por protegerme en nuestra última misión, terminó herido y ahora mismo se está recuperando en nuestro lindo hogar. Los dos esperamos felices a éste bebé, y seremos aún más felices cuando llegue. Pero alguien como tú jamás entendería esas cosas. Así que buena suerte en prisión."

- Mimi...

- Ya sé. No debo caer en provocaciones ni seguirles el juego, pero en serio, debiste ver su cara cuando vió mi anillo.- Dijo con una leve risa la azabache.- Aún así, creo que fueron suficientes emociones para mí y el bebé. A partir de ahora, ambos nos quedaremos aquí.

Cid no pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara en sus labios, mientras acariciaba el vientre de su esposa, sintiendo el movimiento del bebé que en menos de un mes tendrían por fin en sus brazos.

- Gracias por todo.- Susurró, abrazando el vientre de su Beta.

- ¿Por qué?- Preguntó ella, con una tímida sonrisa.

- Por haber llegado a mi vida, por ser mi esposa, mi mejor amiga, mi compañera de vida, mi apoyo en todo, y ahora, la madre de mi hijo.- Respondió, para después darle un pequeño beso.- Por todo eso y más. No importa la situación, tú siempre logras sacar lo mejor de mí.- Añadió, tomando las manos de Mine entre las suyas.- No hay ni habrá alguien mejor que tú nunca. Ni en esta, ni en otra vida.

- Ay, Cid.- Sonrió la peli-negra.- Me vas a hacer llorar. Eres tan dulce...

- Solo contigo.

Definitivamente, eso era más que suficiente para hacerla convencerse de que no todos los Alphas eran iguales, y ella tenía al mejor a su lado. Eso era suficiente para reafirmar cuánto se amaban, cuánta confianza existía entre ellos, cuan fuerte era su vínculo... Y que nada ni nadie sería capaz de separarlos.

Omegacember 2022: Saint Seiya Shipps Where stories live. Discover now