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Lo único que mantengo vivo en mis recuerdos, son las cosas buenas que he pasado, a pesar de ser pocas me gusta recordar lo que he pasado a lo largo de mis días. Haberme mudado era un recuerdo más que me hacía feliz, empezar de nuevo y sin nadie que pudiera lastimarme, no volvería a permitirlo.

Tenía una casa, una mansión para acabarla, que al verla en venta un brillo de esperanza vi en ella, como si hubiera algo que me atraía para obtenerla y vivir ahí a pesar de lo que decían. Me sentía tranquila, en paz.

Si Blightbrooke era un pueblo en el que podía iniciar mi vida de nuevo, me quedaría sin dudarlo, si Alexander era el primero en querer conocerme entonces daría la oportunidad de poder hacer amistades.

— Hace años que yo no sé nada de mi familia — dije sincera — 17 para especificar —

— ¿17 años? Vaya, es... demasiado tiempo —

— Cuando tenía 15 me fui de casa, la relación con mis padres no era tan buena y escapé —

Recuerdo que eran estas fechas cuando estaba decidida en irme, en comenzar una vida nueva lejos de los maltratos y gritos de mis padres. Jamás me apoyaron en lo que quería hacer, quería que yo fuera como ellos, igual de amargados y encadenados al trabajo... tenían un buen sueldo y vivíamos bien pero yo no lo sentía así.

Cada día que ellos llegaban, me encontraban haciendo tarea, me hacían mala cara y se reían después de mí por estudiar, se acercaban y tiraban mis cosas seguido de golpes que me daban.

— Qué mierda estudias si jamás vas a ser alguien en la vida, no eres nada sin nosotros —

Mi madre era más violenta que mi padre, él sólo se iba a tomar y ver televisión, no le importaba si mi madre me golpeaba aunque él igual lo hacía cuando se le daba la gana, pero a ella le daba igual también. No les importaba golpear a su hija.

— Prefiero ser nada a andar de cama en cama como lo puta que tú eres... —

Recuerdo decirle a mi madre eso, sabía su sucio secreto de andar tras sus compañeros de trabajo pero a mi padre le daba igual, mientras él también se la cogiera y le cumpliera le daba igual con cuantos más se metiera. Ese día me golpeó contra la mesa, me golpeó con todo lo que estaba a su alcance que incluso fue tras un cuchillo de cocina amenazandome.

— ¡Cuida como me hablas, __________! —

Huía de ella pero no con miedo, era lo normal de nuestros días.

— Algun día serán ustedes los que no serán nada sin mí y yo no estaré ahí para ayudarlos. Si terminas en un asilo de ancianos... o psiquiátrico, olvida el que vaya a visitarte porque te dejaré ahí hasta que mueras —

Le respondía sin importarme nada, así como eran conmigo, yo era igual incluso peor que ellos... cada noche salía a caminar y no regresaba hasta asegurarme que ellos ya estaban dormidos, porque de igual forma no se preocupaban si me pasaba algo, hasta pienso que estarían mejor saber que ya no iba a volver.

Entonces lo hice...

— El día que escapé, me robé su dinero y una que otra cosa de valor para poder sobrevivir —

Cerré la laptop finalizando mi trabajo, le contaba a Alexander quien estaba muy atento escuchándome, el contar sobre mis padres no me importaba pero me daba un mal sabor de boca tener que recordarlos y recordar esos momentos que tenía bloqueados. Alexander me miraba con asombro con solo contar una parte de mi historia.

— ¿Y dónde estuviste viviendo? —

— Me quedé en un motel por varios días, me di de baja en el colegio y empecé a buscar trabajo. Fui niñera tanto de niños como de ancianos, cuidadora de perros, cuidé casas incluso —

I see you | Brahms Heelshire | ○Pausada○Where stories live. Discover now