I see you | Brahms Heelshire | ○Pausada○

🥀 1O 🥀

- ¿Qué quieres que haga que? -

- Solo será un susto, Patrick - dijo con un bufido - Te pagaré cuando regrese de este viaje -

- Ya tengo suficiente lidiando con Myers y tú quieres que me meta en más problemas, idiota ¿quieres que me encierren? -

- Te pagaré mil -

- Que sean dos mil -

- Trato hecho -

Ambos hombres estrecharon mano, en la oscuridad de la noche en uno de tantos bares que había en el pueblo.

- ¿Y qué es lo que quieres lograr con asustar a esa chica? -

- Mm no lo sé ¿Qué se vaya de esa mansión? Patrick, dudo que entiendas que es lo que está pasando -

- Déjame adivinar ¿Tu primo Malcolm te pegó la locura y ahora quieren demostrar que hay alguien viviendo en los muros de esa espantosa mansión? - soltó una risa escandalosa - Oh Alexander, eres un bastardo -

- No es ninguna locura y mientras ella esté ahí, no podremos avanzar con el plan -

- Bien, bien. Le daré un "pequeño" susto a la chica. Más te vale que sea atractiva, de lo contrario olvídate -

- Oh si que lo es, Patrick -

Con una sonrisa maliciosa, Alexander se recargó en la silla y siguió bebiendo mientras que un tercero llegó al lado del primer mencionado, era Malcolm quien estaba serio con ojeras bajo sus ojos y apenas manteniéndose en pie.

- Alex -

- ¿Qué ocurre? -

- Ya llegó, Greta ya está en Inglaterra -

...

Narra __________.

Estaba sentada en el comedor, sentía temblar por la presencia de Brahms que estaba sentado en la silla del costado, solo me miraba y escuchaba su respiración pesada ¿respirará bien con esa máscara?
No tengo idea de que hacer, tampoco es como si pudiera hacer algo estando lastimada, pero aun así lo intenté... quise levantarme apoyándome en un solo pie, pero Brahms me tomó fuerte de los hombros y volvió a sentarme.

- ¡Au! - me quejé y vi como Brahms se sobresaltó - Oye, debes controlar esa fuerza -

Bajó la mirada, parece un cachorro regañado.

- Lo lamento - susurró

Parece que Brahms no es como realmente lo describió Greta, Brahms ya es un adulto pero parece estar atrapado aún en su etapa de infancia, actúa como un niño y habla como uno. Tal vez después de tantos problemas que hubo en su familia, lo hizo ser lo que es ahora... En eso, Brahms se levanta de golpe y sale de la cocina dejándome sola, escucho sus pisadas subiendo las escaleras y no escucho nada después de unos segundos.

Las pisadas regresan y se acercan nuevamente, sintiendo su presencia a mis espaldas evito voltear y en la silla donde anteriormente estaba Brahms, el muñeco se siente con la mirada puesta en mí dándome un pequeño susto y en la mesa una hoja es puesta con fuerza provocando un golpe en la madera y junto a esto un brinco de mi parte.

- ¿Por qué no seguiste las reglas? - preguntó en el tono infantil

Así que era eso, aquello que lo hacía molestar desde que llegué aquí. No tenía excusas para justificar aquel disgusto que tenía Brahms hacia mí, esa sensación de enojo bajo la máscara provocaba en mí un escalofrío bajar por toda mi espalda.

- Yo... no tenía idea que querías eso, Brahms -

- Sigue las reglas - susurra

- No -

Brahms se sorprende y se acerca a mí.

- Sigue las reglas - repitió

- No lo haré, Brahms - dije y un gruñido de su parte me hizo sobresaltar - No lo haré porqué no puedo hacerlo -

Señalé mi tobillo. Brahms mira y después vuelve a mí, se va retrocediendo para salir de la cocina dejándome sola ahí.

Escuché sus pisadas fuertes alejándose cada vez más, hasta empezar a escucharlo por encima de mí. Estaba en el piso de arriba. No sabía que hacer, solté un gran suspiro después de aguantar tanto la respiración al tener delante de mí a un hombre que se piensa que está muerto desde hace años, pero no quiero mostrarme débil, no ahora que literalmente no tengo la fuerza para escapar.

Recargo mi cabeza en la mesa tratando de pensar en algo, solo siento como mi tobillo pulsa por el dolor y pienso en la presencia de Brahms.
Me encontraba en un gran problema y no tengo idea a quien acudir teniendo quien me vigile.

Siento como toman de mis hombros, grité del susto y callo al ver que era Brahms a mis espaldas, él retrocede asustado viéndome bajo esa máscara, me le quedo viendo para ver que era lo que pensaba hacer, otra vez con confianza se acerca y estira sus manos hacia mí.

- ¿Qué vas a hacer? - pregunté, pero no respondió

Con temor tomé sus manos, eran grandes a comparación de las mías, con fuerza Brahms me levantó logrando sujetarme sin lastimarme.

- Arriba -

Empezamos a caminar, hacía mi mejor intento de hacerlo sin evitar mostrar mis caras de dolor, a Brahms parece no importarle que me sujetaba con fuerza de los brazos como si fue a a escapar.

- Me... me estás lastimado - dije queriendo zafarme de su agarre

- Lo lamento -

- Te lamentas mucho, Brahms, no lo hagas -

- Lo la... -

Lo miré evitando que siguiera, sus ojos se abrieron como si esperara el regaño de mi parte. Negué y seguimos hasta llegar a la parte de arriba donde era mi habitación, Brahms me dejó con cuidado en la cama y retrocedió con la mirada baja.

No tenía idea que era lo que quería, a parte de que quiere que cuide del muñeco ¿o de él? No lo sé, pero debería ser cuidadosa con sus movimientos y cualquier cosa que intente hacia mí. Tendré que aprender a vivir con él hasta hallar una manera de irme.

- ¿Piensas hacerme daño? -

Pregunté sin miedo, Brahms vuelve a verme a través de esa máscara y empieza a negar. No sé si miente o lo dice en serio, antes de seguir hablando Brahms sale del cuarto y después de unos minutos regresa con un botiquín, él tímidamente se acerca a la cama y por instinto me hago a un lado cuando lo veo sentarse.

- Acuéstate - su voz sonó más grave que me sorprendió

- ¿Qué harás? -

- Tu tobillo -

Con pocas palabras él da a entender lo que quiere.

Terminé recostándome y Brahms empezó a revisar mi tobillo, su tacto era algo rudo como si no supiera medir bien su fuerza, aguantaba el dolor que sentía y él del botiquín sacó un vendaje, el cual utilizó para cubrirme casi todo el pie. Observándolo veo que es... torpe, pero no en el mal sentido, sino en el sentido que parece ser que él jamás supo hacer estas cosas.

Al terminar, se puso de pie y salió del cuarto cerrando de un portazo.

- Gracias -

Dije aun cuando ya se había ido sin decir nada y creo que era mejor, su presencia me hacía incomodar aún cuando me haya ayudado no quita el hecho de que es un extraño y el cual pudo haber hecho muchas cosas malas.

Pero no podré vivir siempre así, con miedo.

El oficial Myers sabe que estoy con él y no hará gran cosa para ayudarme, mientras tanto Alexander no tengo idea que es lo que le ocurre, solo espero que en ningún momento se llegue a aparecer por aquí.