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POV Casey

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POV Casey

EL TIEMPO PASA RÁPIDO O AL MENOS PARA LA JOVEN LOBO ASÍ ES. Cuando el insomnio la ataca de nuevo y tiene que levantarse de la cama para tomar un poco de aire desde la pequeña ventana de su nuevo ático. Los aullidos de algunos lobos se hacen presentes, así como los ruidos nocturnos del bosque. Ella se mantiene allí durante un largo rato, simplemente disfrutando del aroma que desprenden los árboles, la luna entre los edificios de dormitorios. Respira primero por la nariz y luego lo suelta por la boca, como tantas veces ha practicado.

Realmente Nevermore es capaz de transformar en espontáneo esa belleza que posee una cualidad artificiosa. Por supuesto, todo ha cambiado demasiado desde la última vez que estuvo en Nevermore, porque la última vez que recorrió esos pasillos ella era Casey Morningstar, hija del intrépido y polémico Samael Morningstar y ahora simplemente es Casey, una joven que intenta encontrar su lugar en un mundo plagado de pesares, despedidas y luchas.

Se acaricia la frente, masajeándose las sienes. Nunca tuvo reparo en vivir sola. A fin de cuentas, todavía era muy joven y quería vivir diferentes experiencias durante su vida. Siendo todavía muy joven había dejado su hogar y escapado de su pasado. Quizás por eso es innegable el vacío que se extiende por todo su cuerpo cada vez que piensa en todo lo que ha dejado atrás o en última instancia, cada vez que piensa en Merlina.

Toda su vida ha sido una constante lucha, primero contra sí misma, después contra los enemigos que había hecho. Ahora vuelve a luchar contra sí misma porque tiene que aprender a vivir con esos sentimientos que le punzan el pecho, porque se lo prometió a Merlina, porque, de cualquier manera, no podría volver a ser la persona que era, no desde que la dejó a ella.

Cierra los ojos, visiblemente más frustrada y cansada que antes, camina de manera automática hasta la cama, aunque sabe que no podrá dormir bien. Ya nunca puede dormir bien porque por mucho que intenta negar que lo siente ha acabado, que abandonó a Merlina en lugar de admitir lo que sentía la consume, la idea de tener que aprender a vivir sin la joven la atormenta. Supone que esa es la magia inquebrantable de Merlina Addams. Supone que, en realidad, lo supo desde el mismo momento en el que la conoció, tan sarcástica, cruel y mordaz. Quizás por eso intentó protegerla a toda costa, porque el mundo es un lugar injusto, despiadado y prejuicioso y Merlina siempre fue un ser maravilloso.

Esa noche piensa en ella más que de costumbre porque todavía recuerda aquella mañana en la que la joven de cabello negro le pidió que se marchasen juntas a algún lugar lejos de su familia. Pero una vez más, su sentido del deber la precipitó a responder que no se marcharía con ella, que estaban retrasando lo inevitable.

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AL DÍA SIGUIENTE, llega su clase de herbología unos minutos antes, como siempre, y como siempre, se dispone a escribir algún poema o garabatear en su cuaderno. Espera pacientemente a que Enid, Xavier y el resto de sus compañeros entren por la puerta principal. Esa mañana la maestra Thornhill les asigna algunas tareas y cada uno toma su camino.

—La directora me envió a entregarte esto—con la mirada, Ajax señala un pequeño paquete entre sus manos.

Ella frunce el ceño y agarra el paquete entre las manos. No tiene remitente, así que intuye que lo ha enviado su padre o quizás alguno de sus hermanos. De todos modos, no lo abre hasta que se queda sola en su ático. A esas alturas, Ajax ya ha percibido que su amiga es una joven solitaria a la que no le gusta dar demasiados detalles acerca de su vida pasada, por eso respeta sus espacios.

Al romper el envoltorio se topa con una serie de fotografías. Sintiendo una punzada en su pecho ojea las fotografías lentamente, pero no es hasta que despliega la nota que viene con el paquete que se cerciora de quién fue exactamente su remitente. La nota es de su padre —: Estas fotografías son de momentos que han marcado tu vida. Sé que ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero sé que en cierto modo sabes que nunca me olvido de ti. Otro día te contaré la historia detrás de alguna de estas fotos, recuerda que sigues teniendo una familia aquí. Con cariño Papá.

Sin querer, está sonriendo, aunque un dolor creciente amenaza con abordar cada recoveco en su pecho y tiene que suspirar profundamente para evitar soltar algunas lágrimas y se obliga a seguir con su día. Es lo que hace cuando la ansiedad llama a su puerta; estudiar, hacer ejercicio, o pasar horas tocando instrumentos, lo cual es profundamente doloroso porque la última que tocó la guitarra, Merlina estaba presente.

Era una tarde cualquiera. Ellas estaban en la casa de la familia Addams, había conocido a Merlina hacía unos meses en un café local, con su rebeldía Merlina había sido expulsada de su cuarta escuela y se sentía aburrida sin nada que hacer en casa. Por eso se había sentado en la sala de música.

Merlina se encontraba apoyada en el marco de la puerta. Cuando miró en dirección a la joven, ambas se sonrieron y Casey comenzó a tocar la guitarra. Era una melodía tenue, apenas unas cuantas notas que endulzaban el amplio espacio del salón, pero lo suficientemente dulces como para acaparar toda la atención de la joven Addams.

—¿Hay algo que no sepas hacer? —preguntó Merlina, al cabo de un rato.

Sonrió con superioridad, aunque había muchas cosas que no sabía hacer. Aun así, siguió tocando.

—¿Quieres intentarlo?

La joven de trenzas había alzado las manos como si la hubiese atracado con la pregunta.

—¡No, claro que no! —dada la efusividad de la respuesta, rebajó el tono de voz—. Quiero decir...Prefiero dejar a los profesionales.

—Creí que te gustaba experimentar cosas nuevas.

Hacía tiempo encontraron una dinámica de "juego contigo y tú juegas conmigo" y Casey había descubierto que le encantaba la manera en la que Merlina entraba en cortocircuito, pero acababa devolviendo el golpe de todos modos.

—Y me encanta experimentar cosas nuevas—aseguró sentándose peligrosamente cerca de la joven Morningstar—. Pero hay cosas en las que definitivamente necesito la guía de una persona más experta que yo.

—Entonces tendrás que aprender.

Casey no supo de dónde sacó la valentía para agarrar las manos de Merlina entre las suyas para guiarla a lo largo de las cuerdas de la guitarra, y no supo de dónde sacó la valentía para mirarla a los ojos cuando Merlina ya se había sumido en la intimidad y la suavidad del contacto. Estuvieron tocando durante horas, intercalando las notas con comentarios sutiles, caricias desinteresadas y suspiros varios.

Ahora, Casey vuelve a tocar sola.

Ahora, Casey vuelve a tocar sola

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𝑰𝑵 𝑻𝑯𝑬 𝑵𝑨𝑴𝑬 𝑶𝑭 𝑳𝑶𝑽𝑬 [MERLINA ADDAMS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora