Cuatro | El día en que el carmesí tiñó al pétalo

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El siguiente capítulo contiene escenas sexuales explícitas y el uso de sustancias ilícitas. Se recomienda discreción.

El invierno llegó nuevamente tiñendo la ciudad de blanco con sus nevadas. Una época dura para Izuku por distintas razones, aunque la principal razón era su enfermedad, ya que en esta época el dolor calaba hasta sus huesos.

Katsuki intentaba poner atención a la clase pero le era imposible, el recuerdo de esa noche en mayo se aferra a sus pensamientos y ataca en momentos haciéndole sentir muchas cosas. Han pasado varios meses desde que sintió los labios de Izuku sobre los suyos, pero la sensación aún seguía viva.

Desde ese momento ha pensado demasiado en Izuku y el beso, ha meditado mucho sobre ello y se ha hecho consciente de lo que él sintió en ese momento.

Pero era un poco duro de asimilar.

Tal vez solo le daba muchas vueltas a ello a pesar de lo que Ochaco le dijo en aquel sueño.

—¿Ochaco...? —llamó el nombre con cierto temor al ver a aquella mujer entre el prado de bellas flores.

La mujer castaña le sonrió y le saludó, sin pensarlo, Katsuki corrió hacia ella pero por alguna razón no terminaba de acercarse, lo cual le frustró.

—Está será la única vez que venga a verte, Katsuki —habló con esa gentil voz que le dio paz al instante.

—¿Qué? ¿Por qué? ¡No quiero! ¡Quiero estar contigo, Ochaco! —gritó con desespero—. ¡Te necesito! ¡Por favor, déjame ir hacia ti! —rogó y corrió más fuerte pero simplemente no lograba acercarse.

—No —contestó mientras negaba con su cabeza.

—¡¿Por qué?! —Su voz se quebró y las lágrimas se arrejuntaron en sus ojos.

—Tu lugar ya no es conmigo —mencionó.

Katsuki estiró su brazo a ella intentando alcanzarla y nuevamente gritó—: ¡Eso no es cierto, yo-!

—Escúchame. —Pidió con gentileza—. Vengo a despedirme de ti, mi amor.

Katsuki se detuvo abruptamente y al querer hablar la voz no salió.

¿Qué estaba diciendo? ¿Despedirse de él?

—Quiero que seas feliz —confesó—. No quiero que pases el resto de tu vida amándome y siendo fiel a algo que ya no existe más. Puedes tenerme en un lugar especial en tu corazón, pero no temas en rehacer tu vida, no quiero que tu vida se vuelva triste y amarga.

»Aprecia los momentos que vivimos juntos, pero sueltalos y sé libre. Déjame ir. Continúa tu vida y solo mantenme como un recuerdo de algo que fue. Además de mi hay alguien que te ama tanto como yo lo hice, o hasta más.

Izuku vino a la cabeza de Katsuki al instante y se sorprendió por ello.

—No tengas miedo de amar nuevamente, Katsuki.

Las lágrimas resbalaron sin su permiso en cuanto escuchó lo último. Sintió que un gran peso le fue quitado de encima pero eso le hizo molestar.

—No quiero olvidarte, no quiero.

—No tienes que hacerlo. —Sonrió—. Recibe el amor que él te profesa, no temas en aceptarlo y vive feliz.

Katsuki no supo qué decir y gracias a eso hubo un silencio entre ambos que duró un solo momento. Era difícil de procesar lo que ella le estaba diciendo, no se imaginaba un futuro donde no la amara; o al menos eso era lo que él creía.

¿Por qué era tan difícil?

—Antes de que te vayas —habló el cenizo sentándose en el suelo—, déjame contarte todo lo que he vivido y he sentido, por favor. —Pidió con calma.

Flores de Cerezo en Invierno | BakuDekuWhere stories live. Discover now