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Thomas suspiro y volvió a retomar su trabajo y hundiéndose entre más hojas con mil palabras escritas. Aun no podía comprender el hecho de que la familia Larsson lo había invitado a un baile, pues aquella familia no solía ser muy sociable con las otras personas que no están en el circulo familiar de ellos. Pero aún así, podía decir que se encontraba algo emocionado de participar, con ello podría salir de su trabajo y tener una excelente excusa para atrazarse en la entrega de los papeles.

Thomas detuvo sus movimientos cuando escucho la puerta principal abrirse y la dulce voz de su pareja detrás de ella.

—¡Ya volví!— Belia abrió la puerta de su oficina, —¿Quieres ayudarme?— la joven enseñó la canasta con algunas cosas, entre eso frutas, harina, huevos, leche, etc. Thomas asintio un par de veces antes de caminar junto a ella.

Belia dejó la pequeña canasta sobre la mesa y sonrio con victoria antes de tomar un recipiente.

Belia colocó la cantidad necesaria de harina, seguido de tres huevos y un chorro de aceite, pero antes de que pudiera continuar con los ingredientes dio un pequeño salto.

Thomas abrazo la pequeña y fina cintura de Belia y se apegó a su espalda, sonrió enternecido por la reacción de su esposa; con cuidado acaricio el vientre plano de Belia mientras repartía suaves besitos por la longitud de su hombro y cuello. Belia río risueña al sentirlo tan cerca.

Thomas abrazo su cintura mientras que con su brazo restante colocaba la azúcar y los trozos de frutilla que había estado cortando, mientras que Belia colocaba unos ingredientes extra. Thomas susurró su amor en el odio pálido de su esposa, escondiendo su rostro entre los rulos de angel dorado y asombrandose por el aroma de su perfume natural. Con cuidado beso la piel de su cuello y se separó en un paso cantarin.

Belia colocó el pastel en el horno, dándose vuelta y encontrándose con la sonrisa ladeada de Thomas.

—Tengo noticias que contarte— Thomas sostuvo la pequeña mano de la joven rubia y la apegó a su cuerpo, sosteniendo si espalda baja y manteniendo sus pechos unidos, —Nos invitaron a un baile— Tom apego sus frentes y acaricio los rulos dorados de Belia.

La joven sonrió emocionada y abrazó a Thomas con fuerza, —¿Quien nos invitó?— Belia comenzó a marcar el ritmo de un corto baile, Thomas sonrió.

—La familia Larsson— Tom le hizo dar una vuelta y la volvió a acercar, depositando un leve beso en sus rosas labios, —No tengo idea de cual sería su razón, esa familia no suele hacer celebraciones y mucho menos invitar a otras personas que no estén en su circulo familiar— Belia se encogió de hombros y fue levantada por Thomas, —Aún así, creo que sería divertido, además tendría una excusa válida para dejar mi respuesta atrasada por unos dias— Belia río suave y beso con cariño los labios de Tom.

Thomas disfrutó del sabor dulce de sus labios, con su mano bajo por su espalda y la sostuvo con firmeza de la espalda baja, sin dejar que se separen en algun momento. Belia acaricio las mejillas de Tom con cariño y delicadeza, dejando que aquel beso se vuelva más profundo y único entre ambos.

O eso fue hasta que recordaron el pastel.

Belia dio un salto y abrió el horno, sacando de adentro el pastel que, por un milagro, no se había quemado. Con cuidado retiro el pastel y lo dejo sobre la mesa, corrió como una niña a buscar dos platos y un par de tenedores y cuchillos.

—¡Vamos a comer en el patio!— Thomas asintió y camino hasta salir al afuera y ser recibido por los rayos del sol y los pájaros cantando. Detrás de el, cargando con dos platos con el pastel, venia Belia con una sonrisa.

Ambos se sentaron en la sombra, formando así una especie de mini cita. Ambos hablaban de distintas cosas, hablaban de familia, negocios, planes para el futuro. Mucha gente de su ciudad consideraban que Thomas y Belia eran una pareja perfecta, aparte de estar casados y amarse mutuamente, eran mejores amigos, eran una pareja única y realmente funcional.

—¡Hola señor y señora Rigdwell!— ambos voltearon, encontrándose con su querida vecina, Ell, —¿Así que en una pequeña cita al aire libre?— la muchacha sonrió amablemente y corrió su cabello castaño de su rostro.

Belia sonrio feliz y corrió hacia donde estaba Ell, siempre habían sido mejores amigas y hablaban siempre que se veían o hacían pequeñas juntadas en donde llevaban a sus esposos.

Thomas las observó desde lejos con una sonrisa, mientras que disfrutaba del pastel. Siempre había tenido una buena relación con Ell y su esposo, Matthew, eran amigos desde jóvenes y lo habían ayudado muchas veces con las citas con Belia y en preparaciones para sus aniversarios, e incluso su boda. Algo que había que resaltar de Ell era que, ella era una mujer muy chismosa, siempre se enteraba de todo y usualmente se las contaba a Belia,  y Belia a Tom.

Luego de verlas charlar un rato Belia volvió con una leve señal de disgusto en su rostro.

—¿Que sucede?— Thomas tomó la mano de Belia con cuidado y la ayudó a sentarse en el césped bien cuidado, La muchacha corrió sus rulos y bebió un poco de su vino.

—Hay nuevos casos de aquella cosa rara que habia estado pasando— Belia movió su mano y mordió una frutilla.

—¿De que hablas?

—De aquellos hombres y mujeres que se estuvieron enamorando de su mismo género— Belia frunció el ceño asqueada y mordió otro pedazo de pastel, —¿Puedes creerlo? ¡La gente está cada vez más loca!— Belia elevo la voz molesta.

Thomas había escuchado de todo aquello por obvias razones, mucha gente habia estado contrayendo esa "enfermedad" o "locura". Según los rumores mucha gente, mujeres y hombres, se habían sentido atraídos por su mismo género, cosa que era completamente nuevo y anormal según muchas personas y Belia. A muchos y muchas de esas personas las habían echado de sus hogares o incluso asesinado por tener en ellas aquella nueva locura recién descubierta, pero Thomas no le dio mucha importancia, pues no era algo importante y no lo afectaba en lo absoluto en su trabajo o en su vida cotidiana.

Pero había escuchado que, aquel hijo de la familia Larsson estaba dentro de aquella comunidad de gente anormal. Pero en verdad no lo sabía, pues eran tan solo rumores. Pero cada vez que escuchaba sobre los asesinatos y torturas que la hacían pasar a aquellas personas siempre pensaba...

¿En verdad es algo tan malo?...

Sweet Boy---☆ TomTord!Where stories live. Discover now