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–Buenos días – incline el cráneo en bienvenida al cruzar el umbral de mi oficina

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–Buenos días – incline el cráneo en bienvenida al cruzar el umbral de mi oficina.

Esta ahora se había transfigurado en una sala de juntas completamente, con una mesa ovalada al centro de un marron clasico, con presentes a su alrededor. Mi escritorio que como era costumbre respetar, descansaba junto al cristal de doble vista en uno de los costados de la habitación. La iluminación era cálida y sumamente favorecedora gracias al gran candelabro de techo que colgaba sobre nuestras cabezas.

Terminando de trenzar mi cabello al coro de mis pasos, me recargue sobre mi escritorio, dándome la vuelta, encontrándome con cada uno de los citados. Poniendo una de mis piernas sobre la otra me permití analizar el brillo de mis botas militares negras atadas a la perfección, el traje como era con normalidad obligatorio en el lugar se me apresaba al cuerpo, detallando y alzando la curva de mis caderas, piernas y pecho.

Pansy, Astoria ,Theodore y una muy animada Olivia se alejaban del resto de los presentes en una de las orillas de la mesa, creando un espacio seguro para solo su compañía y comodidad. La melliza Granger solo balbuceaba con velocidad sobre la calidad de su noche y bienvenida al lugar. Harry, Hermione y Ron conversaban dándoles la espalda en un ambiente mucho más cómodo y menos tenso.

Leo, Neville y Luna descansaban sobre las sillas alrededor de la madera central con aburrimiento, concentración y duda.

Luna tarareaba con emoción y brillo, girando cada cuanto sobre la silla, repasando lo que parecía una letra propia de composición. Neville se concentraba en centrar todo la duda de su semblante en el centro de la mesa, sin alzar la vista, memorizando o solo divagando en su mente la calidad de la madera. Leo, sin embargo y como era casi imposible verlo, analizaba la situación, ojeando cada cuanto los ademanes nerviosos de Astoria, sonriendo cuando esta se topaba con su mirada y huía.

Me aclaré la garganta llamando su atención.

–¿Como dormiste? – inquirí a Olivia.

–¡Muy bien! ¡La cama es demasiado cómoda! ¡Y la cena de anoche estuvo deliciosa! –pareció emocionada de comentar su habladerio con alguien fuera de su círculo social.

Trate de sonreír.

–Me alegro. – asenti –Cualquier necesidad puedes comunicársela a cualquiera que veas cargar con un chaleco gris claro a las afueras de las habitaciones, podrán decirte donde y de que manera puedes obtener lo que sea necesites.

Olivia asintió de acuerdo.

Aproveche esto para aclararme la garganta por segunda vez, destacando en prominencia cuando me percate de que la atención de Neville sobre mi era nula.

Al alzar la vista, este sacudió el cráneo deshaciéndose de cualquier cosa que lo mantuviera distraído, mirándome a claridad por encima de las largas bolsas oscuras por debajo de sus ojos, le asenti con una sonrisa y una cuestión plasmada en los ojos, esperando encontrar alguna pista de lo que sea que lo estuviera manteniendo alejado del tren de la realidad, este solo negó con la cabeza y yo solo espere distraerlo y confortarlo de alguna manera haciéndole saber mi preocupación sincera. Luna solo pauso su canto aún con la vista en la nada, como era típico, prestando atención aun así. Harry, Hermione y Ron tomaron asiento sin chistar.

𝐂𝐀𝐓𝐀́𝐒𝐓𝐑𝐎𝐅𝐄 | 𝐓𝐎𝐌 𝐑𝐈𝐃𝐃𝐋𝐄.Where stories live. Discover now