2-Lujuria del dragón

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Hacer la misión fue la tarea más sencilla pues con la combinación de ambas fuerzas fue más que suficiente. El problema estuvo cuando se cargaron parte del pueblo que obviamente el gremio tuvo que pagar por daños. Pero estos en lugar de pedir perdón, solo pudieron reír pues estaban muy felices de estar el uno con el otro.

Pero el haber hecho aquello en la cueva generó un pequeño cambio en Natsu. Este estuvo en Fairy Hills una de esas noches donde comenzó a besar a Erza pues sus sentimientos parecieron haber florecido. Erza que solamente pensaba en disfrutar de la compañía del joven, notaba que este parecía otro, pero no un cambio mayor, simplemente entendía mejor el amor.

—Natsu—ella le besó con pasión.

El chico se desprendió de la ropa y comenzó a desvestir a la maga quien normalmente se muestra seria, para ese tipo de cosas era tremendamente vergonzosa. Ella le quitó primero la parte de la armadura y luego la fina tela que cubría sus pechos.

—No mires tan descaradamente—pidió ella roja—me da corte.

—Estás preciosa—susurró este mientras le besaba el cuello.

Erza dejó escapar algunos gemidos mientras sentía como este lamía todo su cuerpo. Empezando por el cuello iba dando largas pasadas hasta sus pechos donde se detenía para succionar. Lo hacia tan fuerte pero gentilmente que parecía que iba a sacar leche de ellos. La pelirroja se mordía los labios mientras se tapaba la cara con las manos. Era imposible tratar de contener el placer que sentía en aquellos instantes.

—Más despacio...—rogó ella.

Pero él no estaba por la labor y succionó tan fuerte que tiró de ellos generando una oleada de placer tan inmensa, que Erza se dio la vuelta y mordió el cojín que tenía a mano para ahogar el grito. De lo contrario las chicas de al lado la escucharían.

Al darse la vuelta, dejó toda su entrepierna en cuatro desprotegida. Natsu viendo la posición, no iba a desaprovechar.

—Gracias por la comida—juntó las manos como si fuera a comer.

—¿Qué dices?.

No le dio tiempo a decir nada más porque entendió la situación. Natsu hundió la boca en su vagina haciendo que soltase un grito sexy y erótico.

Siguió haciendo esto mientras ella se tapaba la boca, sin fuerzas por la succión de sus pechos, ¿desde cuando sabía hacer eso?, era lo que se preguntaba ella reuniendo todas las fuerzas en no gritar. Su mente cada vez estaba más blanca y no podía pensar con claridad.

Tras unos minutos que fueron horas para Erza, llegó al climax dejando escapar todo y manchando la cara de un joven satisfecho. Este se quedó mirando a la joven desnuda, empapada de sudor y totalmente abierta de piernas para él. Uno de los mechones cubría su ojo haciendo que fuera realmente atractiva.

—Pervertido—dijo esta agotada.

—¿Quién es la qué esta en esta postura pidiendo que entre?—preguntó él con una sonrisa picarona.

—I-Idiota—dijo ella mirando a un lado.

Natsu se colocó encima de ella y le dio unos besos. Erza notó la dureza de Natsu y le besó mientras él poco a poco fue metiendo su falo dentro de ella. A pesar de lo agotada que estaba, quería que este lo hiciera. Poco a poco fue empujando sus caderas mientras ella lo agarraba de la nuca y le ayudaba a seguir el ritmo.

Tras las primeras embestidas, un Natsu excitado empezó a aumentar mucho el ritmo y besaba a la joven que sentía como la lengua de él parecía buscar algo en su boca. La pelirroja llevó las manos al culo del joven mientras empujaba cada vez más fuerte, como si pronto fuese a estallar.

Y así finalmente, tras unos cuantos empujones y arreones, Natsu llenó a la maga quien dio un pequeño grito de placer. Él se quedó sobre su pecho, respirando y recobrando el aliento. De nuevo volvían a ser uno solo y Erza disfrutaba del silencio con una sonrisa, escuchando como Natsu respiraba.

Se dieron una larga ducha antes de cenar. Erza hizo un plato muy especial con mucha carne de lo contenta y feliz que estaba.

Luego, antes de dormir juntos, lo volvieron a hacer pues Natsu aún deseaba hacerlo más veces mientras que Erza tuvo que sacar fuerzas. Al día siguiente, la joven maga apodada Titania, estaba tan cansada y con unas agujetas que no se pudo casi mover en toda la mañana.

—Voy con Happy a pesar, nos vemos luego—le dio un beso y salió por la ventana.

—De acuerdo—dijo ella desde la cama tumbada y sin poder casi moverse.

Titania se había enfrentado a monstruos, magos oscuros poderosos y toda clase de misiones largas y agotadoras, pero hasta ese día, no supo lo que era un agotamiento de ese calibre.

—Supongo que esto se debe a la lujuria del dragón...no me molesta en absoluto, pero de haberlo hecho un par de veces más habría muerto—se dijo a sí misma—debo tener cuidado de no morir—dicho esto no pudo evitar reírse aunque lo dejó porque le dolieron las agujetas.

Y esto solo era el comienzo de la nueva vida de Erza quien pensó que tras aquella noche en la cueva, Natsu no querría estar con ella pues había sido testigo y conocía a personas que tras una noche habían rechazado a la persona con la que se habían acostado.

Pero por suerte, ese no era su caso.

—Será mejor que duerma un rato más—se dijo dando un bostezo y volviendo a dormir.

Continuará...

La lujuria de Titania-Natsu x Erza (Narza)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt