QATAR, nicola zalewski

PROLOGUE

HACE UN AÑO Y SEIS MESES:

─ ¡Señoras y señores! ¡Argentina es campeón de la copa América!

Quedé inmóvil mientras el silbato del árbitro sonaba dando fin al partido contra Brasil. Sentí cómo se me tiraban encima y pude notar que era Pablo mientras me zamarreaba. Las piernas me temblaron y si no fuera porque él me estaba agarrando me hubiera caído al pasto y de jeta. Sentía que casi no podía respirar mientras me empezaba a doler de la boca de tanto sonreír.

─ ¡Ganamos Meli! ─ escuché a Pablo antes de soltarme e ir a saltar por ahí junto a Walter.

Yo seguí ahí parada viendo cómo Leo estaba en el suelo junto a todos sus compañeros encima y ya llorando. Vi a papá desde el otro lado y él al verme vino rápidamente para rodearme en un abrazo fuerte. Me dió varios besos en la cabeza mientras yo sollozaba de felicidad. Por dios, los chicos lo habían hecho increíble y me sentía orgullosa de poder decir que los vi logrando esto y yo estuve entrenandolos.

─ Ya está, pasó, pudimos ─ escuché la voz de papá contra mí pelo mientras me seguía abrazando.

Nos separamos y podía notar cómo los ojos se le estaban humedeciendo. Por dios, esto era magnífico. Estábamos demasiado orgullosos de nuestro equipo, de nuestra selección.

Los chicos no dejaban de saltar y festejar a los gritos y con papá nos acercamos a todos ellos al igual que todo el cuerpo técnico mientras ellos cantaban felices. Había poca gente en el estadio pero quienes estaban, gritaban de felicidad cómo nosotros. Algunos de los chicos se liberaron de los demás y nos vinieron a abrazar mientras a mi me levantaban del suelo. Todo era llanto de felicidad y risas, todo tipo de sentimientos juntos.

Habían pasado casi media hora cuando empezaron a llamar a todo el plantel para subir a un escenario que habían armado y fue uno por uno mientras le ponían medallas. Papá fue los primeros del cuerpo técnico y después seguí yo. Una mujer me puso la medalla dorada con listón negro y le sonreí agradeciéndole mientras ésta felicitó. Me coloqué al lado de papá viendo la medalla donde decía mi nombre junto a "entrenadora física" y quise llorar cuando se me inflo el pecho de orgullo. Acá estaba, con diecinueve años formando parte del cuerpo técnico de la selección viendo a estos chicos ganar la copa y además, obteniendo una medalla de reconocimiento por el trabajo que tanto amaba.

Nos sacamos fotos con todos los fotógrafos que estaban en toda la cancha mientras se podía oír los fuegos artificiales afuera. Fue el momento de pura felicidad cuando le entregaron la copa a Leo y se acercó feliz a los demás chicos para después alzarla al aire y todos saltaron mientras festejaban junto a millones de papelitos de colores volar al rededor de nosotros.

Y así fue toda esa noche, festejar y festejar junto a pura felicidad en todos lados. Al otro día todos nos volvíamos a Argentina y a seguir festejando con nuestras familias. El avión había sido puro caos de cantos, gritos, risas y hasta lágrimas. Y cuando llegamos a Argentina, todo el mundo recibiendonos, era mucha más felicidad.

─ Meli ─ dijo papá acercándose al sillón de casa donde estaba yo.

Me saqué los auriculares y me senté mejor para escucharlo mientras se sentaba a mi lado. Todavía seguíamos algo sensibles por todo lo sucedido en esa semana después de llegar a casa y aunque él lo ocultaba podía ver si felicidad a través de su cara.

─ ¿Que te parece ser miembro oficial del cuerpo técnico? ─ soltó de la nada.

─ ¿Que?

Me quedé inmóvil mirándolo fijamente sin entender. ¿Oficialmente en forma de estar fijo trabajando con ellos?

─ Todos quieren que te sumas al plantel, es trabajo fijo ─ sonrió, poniendo su brazo en el apoya cabezas del sillón.

─ ¿Oficial? ─ volví a preguntar y sonreí cuando él asintió ─ Dios, si. Si.

Por fin iba a tener un trabajo fijo de lo que me gustaba y junto a la persona que más quería. Me costó mucho volver a asimilar todo y hasta mí psicólogo me había ayudado, pero qué más daba, iba a ir al mundial e iba a trabajar mucho para ayudar a los chicos de cumplir el sueño de ganar la gran copa.