QATAR, nicola zalewski

SEVEN

Melina.

Sentía que me hacia caca de los nervios, otra vez.

Bajamos todos del colectivo entrando a los vestuarios detrás de la cancha y cada uno se fue acomodando al lugar de trabajo que le corresponde, yo me fui un rato con Nella, que le estaba prestando más atención al celular que a mi. Que mala.

Hoy era sábado, partido contra México. Y necesitaba atención de alguien para ponerme a hablar o hacer pelotudeces sin parar para calmar mis nervios, pero nadie me daba bola porque estaban todos en la misma. De este partido se definían bastante cosas, y estábamos a nada de solo perder y nos volvíamos a Argentina, terminaba el mundial para nosotros. Literalmente. Pero la fe siempre en alto.

Papá ni Paulo me dieron bola, hasta Martina y Fran que estaban en el público no me respondían los mensajes, los odio. Tenía muchos nervios y jugar con el celular no servía una mierda.

Hasta que apareció mí salvación, o bueno digamos que casi me salva. El kun iba subiendo al vip cuando me colgué de su pierna para que se quedara un rato conmigo y lo hizo, pero cómo unos diez minutos porque lo llamaron para que subiera al vip.

Faltaba cómo media hora para que los chicos salgan a entrenar y yo me podía entretener con eso unos minutos. Fui a buscar agua cómo ochenta veces porque no podía tener el culo quieto, pensé que era posta lo que me cagaba de los nervios pero fui hasta al baño y salí como entré porque eran nervios, lamentablemente ahre. Así que seguí dando vueltas por todo el sector de los vestuarios y oficinas hasta que me metí a dónde estaban los médicos y Nella quedándome ahí un rato sentada en la camilla. Y tuve que recurrir a mi última opción para hacer pasar los minutos.

Me puse a aprender un baile de tiktok.

Y la verdad no se me hacían tan difíciles de aprender porque para los pasos era de tener buena memoria y me encantaba bailar, aunque de chica siempre quise hacer baile papá nunca me llevó y acá estamos ahre. Cuando terminé de aprenderme el nuevo trend del tema de Beyoncé me puse a aprender otro y lo grabé ahí en donde estaba, con Nella detrás mio haciendo caras raras. La canción era brasilera así que espero que papá o Paulo no lo vean porque la patada más suave es en la cabeza.

─ ¿No podes ir a hacerte la ridícula a otro lado? ─ preguntó Diego pasando detrás mío.

Yo abrí la boca ofendida y frunci las cejas mirándolo mal, maldito.

─ No hago el ridículo.

─ Bailas ridículo ─ volví a mirarlo ofendida mientras Nella se reía acomodando unas cosas en un bolso.

─ ¿Que opinas de esto vos? ─ la miré y mí pregunta la hizo dejar de hacer lo que hacía y girarse a mi.

─ No voy a opinar de bailes ─ respondió y volvió a su bolso.

Rodeé los ojos y le saqué la lengua a Diego antes de pasarlo por al lado y salir de la enfermería hacia los pasillos que pasaban por el túnel.

Cuando me metí al pasillo hacia los vestuarios justo Paulo salió a mi encuentro y antes de que me diga lo que me estaba por decir hablé primero.