FIVE

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Melina

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Melina.

─ Si, esto no es buena idea ─ miré a Martina a mi lado casi arrepentida.

¿Quien dijo que era buena idea hacerse un piercing? Yo. Pero claramente tres horas antes porque ahora estaba por llegar el momento y me podía llegar a hacer caca encima, todo por impulsiva. Además bueno, podía agregar el hacerme un piercing a mi lista de vivir un poco, pero a duras penas porque Martina vió la lista y me hizo apoyo moral para que cambie el tatuaje por el piercing. ¿Pero saben que iba a hacer? Los dos, porque soy una masoquista de mierda. Pero por suerte el tatuaje ahora no, porque ahí si me iba hacer caca encima y encima iba a desmayarme así que tenía que estar preparada antes.

Acá en Doha no eran de hacerse este tipo de cosas por sus culturas básicamente, pero Martina y Fran me ayudaron a buscar un lugar que justo salían turistas. ¿Podía ser ilegal el local? Si. ¿Podía quedarme sin labios por lo que sea que me iban a poner? Si también. Ni siquiera tenía aritos en la oreja así que no podía saber si era alérgica al oro o plata eso era lo que me había dicho la chica que los colocaba. Pero sinceramente no sabía así que le dije que me pusiera de plata.

─ No es para tanto ─ rodó los ojos Martina sentada en una silla al lado de la camilla donde estaba yo ─ Yo me lo hice y solo el dolor fue en el momento, en mi caso. Después nomás te lo cuidas y listo.

─ Si, que fácil ─ dije sarcásticamente, suspiré y miré el techo blanco.

─ Mira a Fran, ya está re acostumbrado.

Ambas giramos la cabeza hacia la camilla a un costado más lejos de donde estábamos y Fran también nos miró, sonrió y nos alzó el pulgar. Se estaba haciendo otro arito en la oreja, pero en mí defensa creo que duele menos ahí.

─ ¿Lista? ─ preguntó la chica sosteniendo el catéter preparado en la mano ─ Es un momento y rápido.

Miré a Martina que me sonrió al seguro ver mi cara de pánico y volví a suspirar, pero esta vez más temblorosa.

─ Bueno dale, fue ─ prácticamente levanté la cabeza hacia arriba regalando mi labios.

Lo siguiente que sentí fue la mano de Martina apretando la mia mientras un fuerte dolor me retorcía el labio del lado derecho. Aguanté la respiración casi retorciéndome de la camilla cuando la mina esta hija de puta siguió torciendome el labio girando el catéter hasta que no sentí más nada en esa zona.

¿Me tocó una vena del labio y me dejó paralizada de la boca? Seguí mirando fijamente el techo blanco y sabía que tenía todavía el conchudo catéter en el labio mientras la mina se fue a buscar la argolla y cuando volvió solo lo pasó y me volvió a retorcer el labio porque era una hija de puta y sentí cómo una lágrima caía de mi ojo derecho.

─ Listo ─ no respondí. Seguí mirando el techo con la boca abierta sintiendo la sequedad de ésta hasta que despacio bajé la cabeza ─ Bueno ahora te explico los cuidados.

QATAR, nicola zalewskiWhere stories live. Discover now