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Las miradas se giraron en nuestra dirección cuando entramos a la edificación subterránea, un par de horas atrás Ivarr estaba diciendo que ellos sentirían temor por nosotros mientras los demás en el grupo lo animaba, ahora ellos eran los más tensos y claramente eran quienes sentían temor. ¿Yo? Yo sentía curiosidad. Era imposible no sentirlo, eran personas altas, de piel lisa, de piel sin marcas, gente sana con ropajes limpios. Se veían tan pacíficos; mientras que nosotros, igual que siempre, lucíamos listos para ir a una guerra.

El cansancio era notorio en nuestros rostros, llevábamos días caminando sin parar para llegar lo antes posible; quienes ellos llamaron guías nos llevaron a nuestras habitaciones para que, dicho por sus palabras, descansáramos antes de la reunión ya que esta iba a durar horas y nos necesitaban a todos con energías. Tenía pensado guardar mis cosas y aprovechar el tiempo libre para dibujar aquello que me había llamado la atención durante el camino y este lugar, pero en cuanto me senté sobre el suave colchón mis ojos comenzaron a pesar y pocos minutos después ya me encontraba dormida.

Soñé con el olor del mar y las estrellas.

Cuando me encontré con el resto del grupo en la gran sala, la mayoría se encontraban algo más relajados y aunque dudaron un poco, terminaron por comer aquello que les habían entregado en las bandejas; sabiendo que no era bienvenida con el resto, tomé asiento en uno de los sillones lejanos y comencé a comer aquello que me entregaron segundos después de acomodarme.

Un grupo de niños se encontraban sentados un poco más lejos de mi posición y cada cierto tiempo se giraban a observarme, pero cuando se encontraban con mi mirada, miraban hacia otro lugar rápidamente. No pude evitar sonreír suavemente y preguntarme si así es como todos los niños de aquí se veían. Se veían pacíficos y calmados. Dejé que los niños me observaran y no desvié la mirada de mi desayuno, probablemente ellos sentían tanta curiosidad por nosotros como yo por ellos.

Cuando sentí suaves pasos acercarse inmediatamente llevé mi mano a mi cadera, en busca de mi espada y gruñí al recordar que nos pidieron que las entregáramos en la entrada a sus guerreros junto al resto de nuestras armas, no tenía más opción que esperar y ver quien era, pero entonces sentí una mano en mi hombro inmediatamente y con un rápido movimiento me levanté y tomé la mano con fuerza, dando a esta una vuelta y haciendo una llave, hasta hacer a la persona a la cual estaba agarrando caer. Solté una maldición cuando vi que a quien me encontraba agarrando con fuerza era a Lee, rápidamente solté su mano y desvié mi mirada hacia detrás suyo viendo como los niños de antes y las otras personas en el sector nos estaban viendo asustados y asombrados por la velocidad en la cual había ocurrido todo

-Mierda, perdón Lee- murmuré en baja voz y vi como Lee llevó su mano no lastimada y la llevó a su muñeca para poder frotarla mientras se levantaba.

-Entiendo que estés tensa Alex, pero estamos intentando crear una alianza y no lo vamos a lograr si asustamos a estas personas, debemos lograr que se sientan cómodos con nosotros aquí, no atemorizados- Lee fijó sus oscuros ojos verdes en mis ojos mientras decía aquello con voz seria y yo asentí, relajando mi postura lo más posible, lo cual dejó más que conformé a Lee, quien acomodó su corto cabello antes de sonreír suavemente.

La mano de Lee volvió a mi hombro, provocando que me volviera a tensar, pero el suave apretón que me dio después era una clara señal de que todo estaba bien así que volví a hacer lo posible para relajar mis tensos músculos.

-Venía a comentarte que nos han llamado y el resto del grupo está esperando afuera por ti Lex- levanté la mirada del suelo y me di cuenta que tal y como Lee había dicho, el resto del grupo esperaba en la entrada de la gran sala mientras observaban nuestra interacción atentamente.

-Entonces vamos- dije, tomando mi bolso y siguiendo a Lee a la entrada, ignorando las miradas de los extraños y agradeciendo que estos de a poco volvieran a conversar como lo habían hecho hace tan solo unos minutos -¿Necesitas una venda?- pregunté a Lee después de haberle mirado de reojo y ver como seguía frotando su muñeca.

Lee sonrió. -No, después me la pondré yo, ahora deja de preocuparte y quita esa mueca de tu rostro antes de que el resto del grupo la vea- rápidamente fruncí el ceño y volví mi mirada hacia el frente, Lee no estaba en lo correcto, yo no había hecho mueca alguna.

Warrior; the cursedWhere stories live. Discover now