Capítulo 2

2.1K 113 28
                                    

Miro hacia todos los lados muerta de miedo, pero no pienso volver a mi zona, no quiero casarme con Mateo, no le amo, no le quiero, ni si quiera lo soporto, me niego a estar toda mi vida junto a él. Yo no pienso pasar el resto de mi vida junto a alguien que no quiero.

Camino lentamente mirando hacia todos los lados, es de noche y apenas se puede ver nada, en mi zona hay muchísimas farolas alumbrando todo, aquí no hay apenas luz.

Camino durante media hora más o menos, de momento solo me he encontrado a una pareja de ancianos caminando por una calle, tampoco parece tan peligroso este sitio como siempre me han dicho mis padres y la gente de la zona segura, son demasiado exagerados creo yo. 

-Que exagerados son todos en mi zona, este sitio no es peligroso, simplemente hay menos alumbrado público.

Exclamo hablando sola, me encanta hablar sola, es una de las cosas que más me gustan en el mundo.

A los pocos segundos escucho unos disparos, giro mi cabeza hacia mi derecha muy asustada por el ruido, aparece un chico más o menos de mi edad corriendo hacia mí.

-Si no quieres que te maten apártate de ahí y escóndete, ¡corre! -grita el chico mirándome.

Veo de lejos a alguien correr con una pistola en su mano, me escondo detrás de un árbol que hay en la calle, el hombre pasa de largo y pega tres disparos más, justo está caminando una mujer con un perro y la bala le dispara en el brazo, tengo que poner mi mano en la boca para no gritar. Miro la escena horrorizada, cuando el hombre con la pistola se va corriendo yo salgo de mi escondite y miro a la chica, está en el suelo tendida, el perro no deja de ladrar.

-¿Te encuentras bien? -pregunto agachándome, ella niega con la cabeza.

-Me duele muchísimo.

-Voy a llamar a una ambulancia. -la chica sonríe.

-Aqui no hay ambulancias, apenas tenemos médicos. -pongo mi mano en la boca para impedir gritar, le miro muy preocupada.

-¿Tienes el móvil de algún medico entonces? Necesitas ayuda, estás sangrando muchísimo.

-¿Por qué me ayudas? -me mira de arriba a abajo-. Tú no eres de aquí, ¿por qué estás en nuestra zona?

-¿C-cómo sabes que no soy de aquí?

-Por tu vestido. -responde como medianamente puede.

Miro mi vestido, ahora lo entiendo, mi vestido es de color blanco, lleva un lazo en la parte de atrás de la cintura y no es ni demasiado corto ni demasiado largo, es de manga larga, ya que estamos en otoño y comienza a hacer frío.

-No se te ve una mala chica, no sé que haces aquí, pero si puedes vuelve a la zona segura, aquí te matarán en cuanto te vean. -grita por el dolor, yo me asusto y me preocupo.

-Te tengo que ayudar, no me puedo ir y dejarte aquí.

Me levanto del suelo, miro a mi alrededor, no hay ni una sola alma.

-Voy a buscar ayuda, no te muevas de aquí.

-Dejalo, nadie va a ayudar.

-Ahora mismo vuelvo.

Hago caso omiso de sus palabras y comienzo a andar en busca de ayuda.

-¿¡Alguien me escucha!? ¿¡Podéis ayudarme por favor!? ¡Hay una mujer que ha recibido un disparo y necesita ayudar!

Noto unas manos tapar mi boca, me asusto muchísimo e intento gritar, pero no puedo, cuando me doy la vuelta abro los ojos asustada y sorprendida, es el chico que estaba corriendo y me ha dicho que me escondiera.

Él, mi peligro... Ella, mi perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora